Redacción
Una nueva serie de eventos sísmicos mantiene en alerta a las autoridades japonesas y a los habitantes del archipiélago de Tokara. Desde el 21 de junio, la región ubicada al suroeste de la isla de Kyushu ha registrado más de 470 sismos consecutivos, incluidos dos con magnitud superior a 5.0, según la Agencia Meteorológica de Japón. La intensidad del fenómeno y su duración refuerzan la preocupación por una posible réplica de gran magnitud en los próximos días.
Aunque no se han reportado daños estructurales importantes, se han tomado medidas preventivas. En varias de las islas habitadas del archipiélago, los estudiantes acuden a clases con cascos de protección y se mantiene una vigilancia constante ante cualquier señal de actividad volcánica o nuevos sismos. Las autoridades locales piden a la población mantenerse alerta, especialmente por la historia sísmica del lugar.
El archipiélago de Tokara, formado por doce islas volcánicas —siete de ellas habitadas—, se encuentra en una de las zonas con mayor actividad tectónica de Japón. Esta región ya ha enfrentado episodios similares en el pasado reciente. En 2021, un fuerte sismo en la isla de Akuseki obligó a evacuaciones, y en septiembre de 2023, se registraron más de 300 temblores en menos de tres semanas.
Especialistas explican que la actividad sísmica se relaciona con la interacción de la placa marina filipina y la placa terrestre de la región. Este tipo de convergencia genera tensión acumulada, que suele liberarse en forma de terremotos. La ubicación de Japón sobre el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico lo convierte en uno de los países con mayor riesgo sísmico del planeta.
El recuerdo de desastres anteriores sigue presente en la memoria colectiva. El sismo del 1 de enero de 2024 dejó más de 200 víctimas fatales, y el terremoto de magnitud 9.1 ocurrido en 2011 continúa siendo el más devastador en la historia reciente del país. La frecuencia de estos eventos reafirma la necesidad de fortalecer protocolos de prevención y protección civil.
