REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
Rafael Cortés Turcio, agente de la Comisaría General de Seguridad Ciudadana, falleció este domingo 22 de junio tras casi tres semanas de lucha por su vida. El uniformado, conocido afectuosamente como Rafa, había sido baleado el pasado 4 de junio en Cuautitlán Izcalli, mientras cumplía con su deber, enfrentándose a un presunto delincuente.
Sin embargo, su sacrificio no fue correspondido con el apoyo prometido por las autoridades municipales.
A pesar de las declaraciones iniciales del alcalde Daniel Serrano Palacios, quien aseguró que brindaría todo el respaldo institucional y económico a la familia, la ayuda nunca llegó.
Cortés Turcio pasó sus últimos días en un hospital, con atención médica insuficiente y sin el respaldo que merecía como servidor público. Vecinos y colegas denuncian el abandono en el que quedó el agente, cuya muerte pudo evitarse con una intervención oportuna.
La indignación crece entre la ciudadanía, que exige no solo reconocimiento póstumo, sino también justicia. “Era un padre de familia, un compañero ejemplar, y lo dejaron morir en el olvido”, lamenta un compañero de la corporación. Mientras tanto, el gobierno municipal guarda silencio, sin ofrecer explicaciones sobre la falta de apoyo a quien arriesgó su vida por la seguridad de Izcalli.
La comunidad exige justicia, no solo en forma de homenajes póstumos, sino de acciones concretas que reconozcan y protejan a los agentes.
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