En medio de la más reciente escalada de confrontación bilateral, la decisión de Donald Trump de dejar en forma anticipada la Cumbre del G7 y cancelar su anunciado primer encuentro face to face con Claudia Sheinbaum, no pocos, entre los operadores más cercanos de ésta última, recuperaron el aliento aunque, igualmente, otros más externaron su convicción de que ello no hacía más que potenciar el riesgo que se corre de no comenzar a “cerrar expedientes” ya en los más diversos campos de la siempre compleja relación.
Luego que, en efecto, el siempre controversial republicano decidiera cancelar su agenda de encuentros con media docena de asistentes al cónclave en tierras canadienses para volar (previsiblemente) a la zona de conflicto Israel-Irán, un justificado nerviosismo invadió a quienes urgen que la solución o la definición, al menos de políticas concertadas para enfrentar problemas como el agobio e impacto del crimen organizado aquí y allá, la definición de la Casa Blanca en materia de aranceles, el futuro del T-MEC, migración, tráfico de armamento y mucho más, se dé ya, so pena de tener que asumir altos costos en el cortísimo plazo…
Esto, porque entre no pocos de los citados prevalece la convicción de que el cancelado encuentro entre ambos mandatarios hubiera sido una excelente oportunidad para sentar bases, mínimas si se quiere, a fin de comenzar a dar pasos firmes hacia soluciones concretas… más allá del intercambio telefónico de elogios y/o muestra de reconocimiento entre uno y otro o, en el mejor de los casos, de la opciones que de tiempo en tiempo han venido abriendo los responsables de áreas claves como, insistamos, pudieran ser igual la economía que el comercio bilateral o más importante aún, la seguridad fronteriza o la incontenible aunque por ahora controlada migración de miles, en busca de alcanzar el cada vez más lejano “sueño americano”.
Apostemos entonces a que en el corto o mediano plazo, el norteamericano vuelva a abrir su agenda para concretar la cancelada reunión y, en consecuencia, avanzar en la solución de problemas comunes. Al tiempo entonces…
Asteriscos
. Vaya cara dura la del proclamado próximo titular de la aún hoy autónoma (Tremenda) Corte. Hugo El Acordeonista Aguilar que amén saber que fue electo por sólo 13 por ciento del padrón, en el mejor de los casos, se atreve a decir que “a mí no me puso nadie”, cuando nadie mejor que él tiene claro haber sido impuesto por el impresentable Andrés Manuel López Obrador y su segunda Claudia Sheinbaum. ¿Es en serio?..
Veámonos el próximo miércoles con otro asunto De Esencia Política.
@EnriqueAranda_P