Mientras la capital de Irán comienza a vaciarse, el presidente estadounidense Donald Trump ordenó al Consejo de Seguridad Nacional reunirse en la Sala de Crisis de la Casa Blanca a su regreso de la cumbre del G7, según reportes de NBC News y Fox News.
Trump acortó su participación en el G7 en Canadá, donde firmó un acuerdo comercial con el Reino Unido, pero canceló encuentros programados con la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, y su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski. La Casa Blanca justificó la decisión citando “asuntos urgentes” relacionados con el conflicto en Medio Oriente.
La Sala de Crisis, también conocida como Sala de Situación, es un centro de control de inteligencia que se ubica en el ala oeste de la Casa Blanca. Gestionada por el personal del Consejo de Seguridad Nacional, está diseñada para que el presidente y sus asesores —incluyendo al Departamento de Seguridad Nacional y al jefe de gabinete— monitoreen y gestionen crisis nacionales e internacionales, además de mantener comunicaciones seguras con actores externos, especialmente en el extranjero.
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Trump advierte a la capital de Irán
Horas antes, el mandatario había advertido en su red Truth Social: “¡Todos deberían evacuar inmediatamente Teherán!”. La publicación coincidió con el incremento de los ataques israelíes contra territorio iraní, en lo que Tel Aviv describe como un intento por detener el programa nuclear de la República Islámica.
Ante la escalada de rumores, Estados Unidos niega la participación directa en el conflicto. El director adjunto de Comunicación de la Casa Blanca, Alex Pfeiffer, aclaró en la red social X que “las fuerzas estadounidenses mantienen su postura defensiva, y eso no ha cambiado. Defenderemos los intereses estadounidenses”.
En la misma línea, el portavoz del Pentágono, Sean Parnell, negó las informaciones del Canal 14 israelí que señalaban la participación de aviones de combate estadounidenses en ataques aéreos contra Irán.
Mientras tanto, el Pentágono intensifica su despliegue militar. El portaviones USS Nimitz y su grupo de ataque quedaron redirigidos sin escalas hacia Medio Oriente, donde se unirán al USS Carl Vinson. A esto se suma el avance de destructores con capacidad antimisiles desde Europa, destinados a reforzar la defensa de Israel y proteger los intereses estadounidenses en la región.
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En el ámbito político, la respuesta no se hizo esperar. El senador Bernie Sanders presentó una iniciativa para prohibir el uso de fondos federales en acciones militares contra Irán sin la autorización expresa del Congreso. “Estados Unidos no puede ser arrastrado a la guerra de Netanyahu”, advirtió.