Poco a poco, de forma inexorable e irremediable, la imagen de Manlio Fabio Beltrones Rivera se ha ido diluyendo dentro de la política mexicana. Llegó a tener highlights verdaderamente notables, como ser el gobernador de su estado natal, Sonora -de 1991 a 1997- e incluso se quedó a nada de ser el candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) para la elección presidencial del 2012.
Sin embargo, el principio del fin para este prominente político de la vieja escuela se desencadenó durante las elecciones intermedias del 2016, cuando era el presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del tricolor, pues siendo el mandamás del todavía partido hegemónico le tocó ser el protagonista de la peor debacle que ha sufrido el priismo en sus 96 años de historia.
En esa elección, el PRI perdió siete de las 12 gubernaturas que se disputaron, entre ellas Durango, Quintana Roo, Tamaulipas y Veracruz, entidades que jamás habían sido gobernadas por otro partido político. Esa vergonzosa derrota orilló a que Manlio presentara su renuncia como presidente del CEN del tricolor el 20 de junio de ese año, apenas dos semanas después de los comicios intermedios.
Y a partir de ese descalabro todo comenzó a ir cuesta abajo para el otrotra poderosísimo líder priista.
A nueve años de distancia de ese bochornoso episodio, la escena política de México ha dado un dramático giro de 180 grados: Morena es ahora el partido hegemónico y los llamados partidos de derecha (el PAN y el PRI) se convirtieron en una oposición que, para las próximas elecciones intermedias que tendrán lugar dentro de dos años, en 2027, estarán luchando por su vida.
Bajo este contexto, ¿qué lectura le podríamos dar al exhorto que hizo el fin de semana pasado Beltrones Rivera durante una reunión que sostuvo con el Colectivo de Reporteros Sonorenses, A.C. en el sentido de que la oposición respalde sin regateos a la presidenta Sheinbaum de cara al denso y complejo panorama internacional (léase nuestra relación bilateral con Estados Unidos) que enfrenta la mandataria mexicana?
La lectura es simple: el exhorto (a juzgar por su autor) es a lo mucho, una especie de llamada a misa. Tristemente, Beltrones ya no cuenta con capital político alguno que le permita ser considerado una figura de peso específico. Su voz al interior de la Cámara Alta, desde su papel de senador “independiente”, es apenas perceptible de entre las de muchos de sus homólogos (sobre todo las de los morenistas).
Cierto, lo dicho por Manlio es importante y relevante. Vivimos momentos en los que la presidenta Sheinbaum requiere de todo el apoyo de las fuerzas políticas (esto incluye la oposición) y que se hagan a un lado todas las diferencias para fortalecer nuestra política exterior para poder negociar frente a EU temas tan delicados como lo son la migración, nuestra relación comercial y la seguridad binacional.
Pero, repito, a pesar de que el mensaje es digno de ser tomado en cuenta, por congruencia y necesidad, la realidad es que el mensajero ya no es digno de todo el crédito. Y no lo es porque (como muchos todavía lo recuerdan) abandonó su barco cuando éste empezó a hundirse.
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