En tan sólo dos semanas el ejército israelí, capitaneado por el primer ministro Benjamín Netanyahu, ha golpeado de manera irrestricta a la población de Gaza. Y no sólo están golpeando Netanyahu y sus huestes a los terroristas de Hamás –que es el único blanco– sino a la población civil que está indefensa.
El ejército de Netanyahu ha realizado bombardeos en escuelas y hospitales. Ha golpeado a la población sin medida aduciendo que buscan a los terroristas. Recordemos que el enemigo del ejército de Israel es Hamás y no la población de Gaza.
La ciudadanía de Israel no es culpable de lo que realiza la administración de Netanyahu, que se ha convertido en tal vez el peor presidente que ha tenido Israel en los últimos años. Sin embargo, no todos, ni son, ni fueron iguales. Ehud Barak, Shimon Peres o Isaac Rabin, entendieron que la única manera de acabar con la guerra entre Israel y Palestina era a través de la negociación. En 1967 con la paz de Westfalia se establecieron los proemios de lo que luego sería la diplomacia y también la negociación. Así lo entendieron Barak, Peres y Rabin. Sin embargo, acabaron de aquella manera. Los dos primeros como marginados, como “traidores” de la patria, y el tercero, Rabin, asesinado por un judío ultraortodoxo. Este último, Rabin también quedó como un celón de la patria y pagó con su vida el ser un hombre de estado.
Esta administración de Netanyahu sólo ha buscado la confrontación y el golpe a los palestinos. No pueden confundir ni confundirse, una cosa es el terror de Hamás, la Yihad islámica, los Hermanos Musulmanes o Hezbola. Y otra muy distinta es la población palestina que no tiene nada que ver en las cuitas ni terroristas, ni políticas.
@pelaez_alberto