Noche de reggaetón clásico, de esos que no pasan de moda. Este 29 de mayo, Nicky Jam se presentó en el Pepsi Center WTC de la Ciudad de México con un show que, aunque duró apenas una hora con diez minutos, desató una ola de nostalgia, euforia y perreo entre miles de asistentes que corearon cada palabra como si el tiempo no hubiera pasado desde sus primeros éxitos.
El escenario apostó por una fórmula clásica: un DJ, visuales llamativos, un equipo de talentosas bailarinas y un Nicky Jam al frente, relajado, bromista, con sonrisa constante y un par de momentos que dejaron claro que no se encontraba del todo sobrio. No se le vio desinhibido al extremo, pero su actitud juguetona, sus frases entre risas y ese paso medio tambaleante que asomó más de una vez sugirieron que había calentado motores antes del show.
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La energía del público fue inmediata. Desde que sonaron los primeros acordes de “El Perdón”, el Pepsi Center se convirtió en un karaoke colectivo. Nicky mantuvo el ritmo con “El Amante”, “Travesuras”, “Hasta el Amanecer” y “Voy a Beber”, clásicos que lo consolidaron como uno de los grandes del reggaetón romántico y callejero.
La sorpresa vino con los remixes: versiones extendidas y colaborativas de éxitos como “Te Boté Remix”, “Otro Trago Remix” y “X Remix”, donde Nicky reinterpretó sus partes con fuerza, a pesar de que en algunos momentos se notó cierta falta de concentración. Aun así, la gente no dejó de cantar, bailar y grabar cada instante.
Nicky Jam y su legado
Más que un concierto, fue una celebración del legado de un artista que ha sabido reinventarse tras altibajos personales y profesionales, tras una carrera de más de 25 años.
Sin grandes discursos ni encore, Nicky cerró con una despedida agradeciendo el cariño del público mexicano, que le respondió con ovaciones sinceras a pesar de lo breve del set.
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Puede que el concierto no haya durado tanto como muchos esperaban, pero en esa hora con diez minutos, Nicky Jam logró algo que no todos pueden: conectar con una multitud que apeló a la memoria emocional, a los tiempos en que sus canciones eran banda sonora de romances, fiestas y desamores.