Redacción
Luka Modric ha puesto fin a su etapa en el Real Madrid, cerrando un ciclo histórico de 13 años marcado por logros colectivos e individuales. Su despedida del Santiago Bernabéu se concreta este sábado, en un ambiente cargado de emoción y gratitud. Aunque su salida será oficial tras el Mundial de Clubes en junio, su adiós ya ha conmovido al madridismo.
Durante su paso por el club, Modric ha dejado una huella imborrable, no solo por su talento y elegancia en el campo, sino por su liderazgo y constancia. Ha disputado 598 partidos con la camiseta blanca, convirtiéndose en un símbolo de regularidad y entrega. Su legado se extiende más allá de las cifras, pues ha sido pilar en múltiples generaciones del equipo.
El palmarés de Modric con el Real Madrid se ha convertido en uno de los más completos de la historia del club. Con 28 títulos obtenidos, entre ellos seis Copas de Europa y seis Mundiales de Clubes, el croata ha contribuido directamente a la era más dorada del equipo en competencias internacionales. Su influencia ha sido determinante en cada uno de esos triunfos.
El reconocimiento individual también ha acompañado su trayectoria, siendo el Balón de Oro de 2018 el premio más destacado. Aquel galardón rompió la hegemonía de Messi y Cristiano Ronaldo, reflejando la valoración global hacia su talento y papel en la cancha. Asimismo, ha sido nombrado Jugador del Año por la UEFA, confirmando su peso en el fútbol mundial.
La despedida de Modric ha generado una profunda reacción entre aficionados, compañeros y directivos del club. El mediocampista ha expresado su orgullo por haber formado parte de una de las épocas más exitosas del Real Madrid. Su mensaje de despedida, lleno de emoción, ha sellado su vínculo eterno con la afición merengue.
Aunque su ciclo como jugador del club está llegando a su fin, Modric ha dejado claro que el Real Madrid será siempre su casa. Su profesionalismo, humildad y compromiso se han ganado el respeto del mundo del fútbol. La institución pierde a uno de sus referentes, pero conserva el ejemplo de una carrera intachable.
El adiós de Luka Modric no solo cierra una etapa, sino que abre la puerta a una nueva era en el mediocampo del Real Madrid. Sin embargo, su figura permanecerá en la memoria colectiva como uno de los más grandes jugadores que han vestido la camiseta blanca, un ícono de elegancia, inteligencia y grandeza.