Salvador Guerrero Chiprés
@guerrerochipres
El asesinato de Ximena y Pepe, dos leales e infatigables servidores públicos del Gobierno de la Ciudad de México, duele y mueve a la acción. Sitúa al centro del gobierno en el dolor de familiares de otras víctimas.
El crimen perpetrado contra ambos no quedará impune. La Jefa de Gobierno, Clara Brugada, es justificadamente enfática respecto al doble asesinato cometido ayer por la mañana sobre Calzada de Tlalpan: “investigar, esclarecer y garantizar que no haya impunidad es nuestro compromiso”.
No hay espacio para especulaciones ominosas. Por el contrario, se cierran filas y se abraza el mismo deseo de justicia. Gabinete, alcaldesas y alcaldes acompañan a Brugada en el mensaje ante los medios. Solidaridad por el pesar de familias, amistades y compañeros del Gobierno. Más hermandad y más dolor.
La mandataria dice de Ximena, “mujer maravillosa, incansable”; de Pepe, “inteligente y sumamente responsable”. Es cierto.
En la primera fase de investigación está latente la pregunta central sobre la identidad de los eventuales contratantes del homicida y su o sus acompañantes, así como las motivaciones del crimen.
Se distingue la colaboración interinstitucional desplegada por la determinación política de la Presidenta Claudia Sheinbaum, quien en su mañanera informa y ofrece toda la cooperación federal.
Están Ximena y Pepe apenas el día previo laborando, junto al equipo que les admiraba, en el cual me incluyo. Siempre estaban ahí. Siempre con Clara. Los hechos nos desafían. Frente a ellos hay una estructura de seguridad que ha enfrentado a la delincuencia y reducido la incidencia delictiva. Sobre todo, hay una decisión cuya potencia se hará evidente, como en el caso del creciente número de remisiones de criminales remitidos y en persecución.
La Jefa de Gobierno ni duda ni teme. Continuará la “lucha implacable contra la inseguridad”, nos dice a todos, entrañablemente sacudida.
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