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Elio Henríquez/La Jornada/San Cristóbal de Las Casas, Chis. – Después de casi tres días, peritos de la Fiscalía General del Estado (FGE), recogieron las evidencias, como cartuchos percutidos, en el sitio en el que murió el normalista Jesús Alaín Vázquez, quien cayó de la góndola de una camioneta en la que se transportaba con otros estudiantes cuando eran perseguidos por dos patrullas de agentes estatales, informó el sacerdote, Filiberto Velázquez Florencio, presidente del Centro de Derechos Humanos Minerva Bello.

Agregó que los diez estudiantes de la Escuela Rural Normal Mactumactzá, con sede en Tuxtla Gutiérrez, que iban en la camioneta con Jesús Alaín todavía van a declarar para que se realicen las investigaciones.

Dijo que el personal de la FGE acudió el domingo alrededor del medio día a recoger las evidencias, luego de que él y otros integrantes del Centro Minerva Bello que asesoran jurídicamente a los normalistas, sostuvieron una reunión con funcionario de la dependencia en la capital del estado.

“Ayer tuvimos un acercamiento con la FGE para saber quién será el fiscal del caso y llevar a los compañeros que fueron testigos unos y otros como víctimas, porque hay uno de ellos con un impacto no de bala propiamente, pero como de bala de goma o algo así. Además, hay cartuchos percutidos. Ya ayer fue la FGE fue por los cartuchos percutidos. En esa reunión pedimos que lo hicieran y ya fueron los peritos”, añadió.

Vázquez Florencio manifestó que los peritos de la FGE no habían acudido porque aparentemente “estaban a la expectativa. Tuvimos que hacer muchas llamadas para que fueran. Pensaban que los estudiantes les podían hacer algo (el sitio de los hechos está cerca de la escuela); hay temor de las dos partes, pero se están generando las condiciones para que ni los jóvenes tengan miedo de que los van a detener ni la FGE que les van a hacer lago si van a investigar”.

Recordó que Jesús Alaín, quien cursaba el octavo semestre y era originario del municipio de La Grandeza, no de Frontera Comalapa como dijeron algunos de sus compañeros, murió la noche del 15 de este mes al caer de la góndola de una camioneta de la escuela conducida por sus propios compañeros cuando eran perseguidos a alta velocidad por dos patrullas de la Secretaría de Seguridad del Pueblo (SSP).

Los estudiantes llevaban en la camioneta a dos policías estatales que acaban de retener en las inmediaciones de la Mactumactzá, en respuesta porque los uniformados habían impedido que otro grupo en un punto distinto se apoderara de un autobús de pasajeros que pretendían utilizar para movilizarse con motivo de las actividades de protesta programadas para el domingo 18 de mayo, al cumplirse cuatro años de la “represión” en la que 91 normalistas y cuatro campesinos fueron detenidos por exigir que el examen de oposición se realizara de manera presencial.

Afirmó el padre Filiberto: “Algo que ayer escuchamos por primera vez del grupo que fue a tomar el autobús es que eran al menos 14 patrullas las que los rodearon y ellos nunca reaccionaron para defenderse, pero los policías los retaban y cortaban cartucho para que hubiera un pretexto. Así lo consideran los normalistas que entrevistamos ayer y dicen que los estaban les cortaban cartucho, les apuntaban y provocaban, pero no pasó a mayores esa escena”.

Señaló que hasta ahora “los únicos avances en la investigación son que se recogieron ya los indicios y que ya se estableció un canal de comunicación para recibir las declaraciones de los testigos y víctimas. Es difícil convencer a los muchachos sobre todo a uno de ellos que lo detuvieron y amenazaron. No es sencillo. La responsabilidad es contra al SSP, cuyos agentes son los que sieguen con prácticas totalmente fuera de sus funciones”.

Sostuvo que “nuestra demanda principal es que la SSP cambie ese tipo de actitudes de criminalización y persecución contra los estudiantes porque si siguen así un día van a provocar más tragedias y esa tensión puede seguir creciendo. Exigimos que la FGE haga una investigación independiente e imparcial para que se encuentre la responsabilidad de los policías porque pareciera que la culpa fue de los estudiantes, cuando los uniformados se excedieron en la fuerza durante la persecución, Independientemente de que el normalista se cayó o fue por el impacto de algún tipo de artefacto que los policías utilizaron”.

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