Redacción
Lamine Yamal ha estado en el centro de la atención tras confirmarse que portará el dorsal número 10 del FC Barcelona a partir de la temporada 2025-2026. Esta decisión se oficializará el próximo 13 de julio, cuando cumpla 18 años y firme un nuevo contrato profesional con el club. El gesto simboliza una gran responsabilidad, pues ese número ha estado reservado para las figuras más importantes del Barça.
El contrato que acompañará este cambio ha sido estructurado con una cláusula de liberación de 1.000 millones de euros. Esta cifra no solo protege al club frente a posibles intereses externos, sino que también representa la magnitud de la apuesta del Barcelona por su joven estrella. La institución ha asegurado su continuidad a largo plazo, reconociendo su creciente influencia en el equipo.
Heredar el dorsal 10 implica cargar con el legado de ídolos como Lionel Messi, Ronaldinho y Rivaldo. Lamine Yamal ha mostrado madurez y carácter suficientes para asumir este rol, además de un nivel futbolístico excepcional que lo respalda. El número simboliza liderazgo, magia y determinación, cualidades que el joven extremo ha comenzado a reflejar en el campo.
A lo largo de la temporada actual, Yamal ha participado directamente en 40 anotaciones, una cifra impresionante para un jugador de su edad. Ha marcado 18 goles y ha dado 21 asistencias, siendo un protagonista constante en los esquemas ofensivos del técnico Hansi Flick. Su impacto ha sido inmediato y sostenido.
La directiva del Barcelona ha considerado esta decisión como parte de su proyecto de futuro. Darle el 10 a Lamine no es solo un reconocimiento, sino una declaración de intenciones: construir el nuevo ciclo del club en torno a él. Se ha convertido en un referente dentro del vestuario y una esperanza para los aficionados.
En lo institucional, la repercusión del cambio ha sido significativa. La imagen del nuevo «10» del Barcelona ya ha comenzado a generar expectativa en los medios y entre patrocinadores. Esta transición también refuerza la identidad del club, que apuesta por su cantera como pilar principal del éxito deportivo.
Lamine Yamal ha vivido un ascenso meteórico que ahora se consolida con uno de los máximos honores posibles en el club. Convertirse en el nuevo número 10 representa un reto inmenso, pero también una oportunidad única para dejar su huella en la historia del FC Barcelona.