Por Ricardo Sevilla
¿Sabía usted que hay una Academia Mexicana de la Lengua? ¿Sabía que está integrada por 36 sillas que son ocupadas de manera vitalicia por señores pedantes que fruncen la nariz ante el grueso de la población?
Se lo pregunto en serio porque muchas personas me han dicho que ni siquiera había oído hablar de esta academia ni de estos señores (y una que otra señora).
Y se entiende. La gente tiene otras preocupaciones y prioridades que están muy lejos de andar cuidando si hay por ahí, aplastados en una silla, personajes corruptos y antediluvianos que, por cierto, suelen hablar con palabras rebuscadas y términos pasados de moda.
Algunos maliciosos les han llamado “vacas sagradas”
Que les apoden así no es gratuito. Tiene su explicación. Y es que este puñado de notables, al igual que las vacas en algunas culturas, son considerados sagrados y, por lo tanto, intocables, difíciles de criticar o cuestionar. De ahí que sus opiniones y trabajos, publicados cada vez más esporádicamente, suelen ser recibidos con una reverencia perruna en ciertos círculos conservadores.
Disentir de ellos puede ser visto como una osadía o incluso una falta de respeto.
Pero ahora no se trata de disentir, sino de exhibir un poco de las corruptelas que practican estos próceres de la palabra.
Y es que estas “vacas sagradas” desembolsan la friolera de seis millones de pesos trimestrales. La pregunta es: ¿Y en qué se va semejante suma? Y le respondo: en sus opulentos sueldos, una robusta seguridad social (de la que, curiosamente, carecen otros empleados de la institución) y, agárrense, en cultivar su imagen en periódicos y redes sociales.
¿O usted pensaba que los dinosaurios no tenían sus prioridades?
Y quién paga esta fiesta de vanidades lingüísticas es, por cierto, la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Y mientras no haya una auditoría exhaustiva que ponga lupa a los gastos de estas dinosaurio conservadores y amantes del buen vivir y gastar, el banquete presupuestal continuará.
The post Vacas sagradas… y derrochadoras appeared first on Diario Basta!.
