Ultimo Messaggio

EU y China anuncian avances en negociaciones comerciales Apuesta Sara Irene Herrerías por una SCJN más cercana

Recién pasó el día de las madres este fin de semana y tengo una opinión impopular: deberíamos de dejar de decir que ser madre es completamente, absolutamente y sin lugar a dudas, algo maravilloso.

Creo que hemos trabajado durante muchos años en definir la maternidad solo por su lado bueno, quizá en parte por el miedo de dar a entender que por no gozar toda la crianza, el amor a los hijos también está en duda.

Pero mi cruzada de decir que la maternidad no es solo maravillosa viene con la intención de ajustar expectativas. De hablar francamente sobre lo que significa criar para que las generaciones que vienen no sientan esta carga social de que tienen y deben ser mamás sin exigir un sistema de cuidados que las respalde.

Creo que hay un esfuerzo y una presión desmedida sobre la maternidad y hay mujeres y parejas que se someten a compromisos y situaciones para darse cuenta después de que la tarea no es igual a una foto de calendario.

Hay desventajas laborales, cambios en el cuerpo, en las prioridades. Hay un sistema que no necesariamente ayuda a criar y a maternar sin culpas.

No significa que deberíamos renunciar a tener hijos. Pero creo que llegar con una expectativa ajustada, con preparación y relatos reales ayuda a que el tránsito sobre la crianza sea más acompañado, en comunidad y también con la conciencia plena de que es un camino empedrado con un paisaje que vale la pena.

Ejercer la maternidad también es una cosa política. Es decidir sobre nuestro cuerpo, tanto para decir que no como para decir que sí y cuántos hijos queremos tener y a qué edad y de qué forma.

También porque últimamente ciertas corrientes de pensamiento tienden a pensar que tener hijos es solo una cuestión de números de pensiones de vejez y de fuerza y juventud de una población.

Mis referentes inmediatos son Elon Musk que pide a las mujeres que “cumplan su labor”. O la secretaria de educación de Tabasco, que pidió que las parejas jóvenes tuvieran hijos en vez de perros porque la matrícula educativa estaba cayendo.

Pero ninguna de estas propuestas plantea un sistema de cuidado, el pago de esas labores o la incorporación paulatina de las mamás en el mercado laboral. No hay un sistema que alcance a soportar a esa labor y es donde viene la parte no tan de calendario.

Basta revisar cifras, México ¿cómo vamos?, publicó recientemente un análisis de algunos números: Las mujeres sin hijos ganan más que aquellas que sí los tienen. Una mujer sin hijos puede ganar en promedio casi el doble que una madre con cinco hijos o más.

De las mujeres que trabajan y son madres, 6 de cada 10 tienen trabajos informales porque son los que les permiten horarios más flexibles.

Ser mamá es maravilloso pero también es un reto. Y creo que empezar a decirlo va a quitar ese halo de milagro y nos devuelve a un terreno más real, donde las madres necesitan ayuda del Estado, un rol activo de crianza de los padres y un reconocimiento de la sociedad a todo el trabajo no remunerado y la carga mental.

 

@Micmoya

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *