La Iglesia católica eligió este jueves a su nuevo líder espiritual: el cardenal estadounidense Robert Francis Prevost, de 69 años, fue proclamado papa, convirtiéndose en el primer pontífice oriundo de Estados Unidos —y también con ciudadanía peruana— en la historia del Vaticano.
Originario de Chicago, Prevost sucede a Francisco con un perfil que combina experiencia pastoral, enfoque global y capacidad de gobierno dentro de la curia romana. Su elección marca un giro significativo en la geopolítica eclesiástica, dejando atrás siglos de escepticismo hacia un papado norteamericano.
También te puede interesar: Robert Prevost se convirtió en el nuevo Papa, será León XIV
Considerado uno de los colaboradores más cercanos de Jorge Mario Bergoglio, Prevost fue prefecto del Dicasterio para los Obispos desde 2023, con la delicada misión de proponer los nombramientos episcopales en todo el mundo. También presidió la Pontificia Comisión para América Latina y, en 2015, adoptó la nacionalidad peruana.
Su camino a Roma comenzó en los Andes. Como joven misionero agustino, llegó a Perú en 1985, donde desarrolló una extensa labor pastoral en comunidades vulnerables. En 2014, el papa Francisco lo designó obispo de Chiclayo y, más tarde, arzobispo emérito de esa misma diócesis. Desde allí partió hacia el Vaticano, consolidando un perfil que, para muchos, encarna las periferias que tanto promovió su antecesor.
Foto: AFP
“Hay mucho por hacer”, advirtió Prevost recientemente en entrevista con Vatican News, aludiendo a la necesidad de continuar con la transformación eclesial. “No podemos parar ni retroceder. Tenemos que ver cómo el Espíritu Santo quiere que sea la Iglesia hoy y mañana”, sostuvo.
El nuevo Papa —formado en Matemáticas, Derecho Canónico y políglota consumado— representa un equilibrio entre continuidad y renovación. Su reputación como moderado y constructor de puentes lo hace idóneo para una Iglesia que enfrenta fracturas internas, particularmente entre sectores progresistas y conservadores.
También te puede interesar: Robert Prevost se convirtió en el nuevo Papa, será León XIV
“El mensaje siempre es el mismo: proclamar a Jesucristo, proclamar el Evangelio. Pero la manera de llegar a las personas hoy es diferente”, dijo el ahora pontífice el mes pasado.
La prensa italiana, en particular La Repubblica, lo definió como “el menos estadounidense de los estadounidenses”, en referencia a su tono sereno, mirada internacional y vínculo estrecho con América Latina.
Por siglos, la posibilidad de un papa estadounidense fue vista con recelo en Roma. No sólo por la distancia —que antaño dificultaba su participación en los cónclaves—, sino por el temor a una supuesta intromisión de los intereses geopolíticos de Washington. Con Prevost, esa barrera simbólica ha caído.
Su sólida formación doctrinal, sumada a su experiencia como superior general de los agustinos y su paso por diversas regiones del mundo, lo posiciona como un pastor preparado para liderar una Iglesia global. A partir de hoy, asumirá el timón de una institución con más de mil millones de fieles, en un mundo profundamente fracturado.
El nuevo pontífice eligió el nombre de León XIV, para continuar con el legado de su predecesor.