Por Juan R. Hernández
La jefa de Gobierno, Clara Brugada, enfrenta su primera gran prueba en materia de seguridad con un mensaje claro: las mujeres no están solas. La reciente ola de reportes sobre pinchazos en el Metro ha encendido las alarmas. Aunque las autoridades aseguran que ningún caso representa riesgo de vida ni implica violencia sexual o secuestro, la percepción de inseguridad entre usuarias es real, urgente y dolorosa.
Por eso es clave el despliegue de agrupamientos como Zorros, Panteras y la Policía Bancaria e Industrial dentro y fuera del transporte público. Acompañada por la fiscal general Bertha Alcalde y el secretario de Seguridad Pablo Vázquez, la mandataria capitalina reiteró el compromiso de su gobierno para garantizar la integridad física de las mujeres, mientras los laboratorios analizan las sustancias inyectadas a cuatro víctimas confirmadas.
Aún sin un patrón definido, el mensaje institucional debe ser contundente: ni un paso atrás en la protección de las mujeres.
Y mientras las autoridades locales enfrentan esta crisis, otro tipo de desaparición ha generado ruido en el mundo digital. La exalcaldesa Sandra Cuevas, célebre por sus atuendos de diseñador y sus constantes desplantes de lujo, simplemente borró sus redes sociales.
Coincidencia o no, lo hizo justo cuando el exfuncionario federal Simón Levy la señaló en una publicación en sus redes sociales por presunto lavado de dinero y operaciones trianguladas en Estados Unidos. Por un tiempo, sus fan dejarán de ver su peculiar estilo de vida.
Cuevas, otrora omnipresente en X y TikTok, optó por el silencio, acaso más revelador que cualquier declaración. En una ciudad donde se libra una batalla diaria por los espacios seguros, su estilo ostentoso y su súbita desaparición no pasan desapercibidos. Mientras unas se cuidan para llegar a casa, otras prefieren esconderse de la justicia.
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