Redacción
Autoridades de México y Estados Unidos reactivaron esta semana el diálogo técnico y diplomático para abordar distintas problemáticas relacionadas con el manejo del agua en la frontera común, en particular las descargas residuales que llegan al océano Pacífico desde Tijuana y el cumplimiento del Tratado de Aguas de 1944.
Como parte de este proceso, la secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Alicia Bárcena, se encuentra en California para sostener encuentros con representantes de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA). Las reuniones tienen como objetivo revisar la situación de las aguas residuales que cruzan de México hacia territorio estadounidense, en medio de una creciente atención mediática y política sobre el tema.
El viaje ocurre tras las declaraciones de un senador estadounidense, quien acusó a México de provocar afectaciones sanitarias mediante el vertido diario de millones de galones de agua contaminada al mar. Las autoridades mexicanas han señalado que se están tomando medidas técnicas para mitigar la situación, incluyendo la próxima operación total de una planta de tratamiento en Tijuana, así como el seguimiento a compromisos adquiridos en acuerdos previos entre ambos países.
Paralelamente, se mantiene la discusión sobre el cumplimiento del Tratado de Aguas de 1944, que regula la distribución de agua entre ambas naciones. Conforme al acuerdo, México debe entregar cada quinquenio un volumen aproximado de 2 mil 160 millones de metros cúbicos a través del río Bravo, mientras que Estados Unidos proporciona cerca de 9 mil 250 millones de metros cúbicos mediante el río Colorado.
El tema se volvió más visible a nivel político luego de que el expresidente Donald Trump advirtiera posibles sanciones comerciales si no se atendía el presunto incumplimiento del tratado. En ese contexto, ambos gobiernos acordaron llevar a cabo este miércoles una reunión técnica para evaluar la disponibilidad de agua en la región y explorar opciones que permitan cumplir con lo estipulado, sin comprometer el consumo humano ni el uso agrícola en México.