Con el dólar como moneda circulante y una ubicación estratégica, muy cercano al Canal de Panamá y a la Nicaragua que gobierna el tirano de izquierda, Daniel Ortega, El Salvador se ha consolidado como un aliado clave de Donald Trump. Con un servilismo evidente, Nayib Bukele, ha abierto las puertas de su país al republicano.
No solo aceptó el envío de presos supuestamente de alto riesgo a sus famosas prisiones, entre ellos a los líderes de pandillas consideradas ahora “terroristas”, como la MS-13 o El Tren de Aragua, sino que ahora se acaricia la idea de establecer una base militar estadounidense adicional, o fortalecerla la ya existente.
No son casuales las críticas que el salvadoreño deslizó contra el gobierno de Claudia Sheinbaum en materia de seguridad, las cuales, aunque discretas lograron incomodar a la Presidenta, quien desde su conferencia respondió a Bukele.
“Él fue electo por su pueblo, pero al mismo tiempo exigimos respeto para México. Respeto, siempre respeto”, respondió Sheinbaum a Bukele ante las críticas.
Bukele comienza a convertirse en una pieza que sirve de comparsa a Trump y que, cómo se dice en México, baila al son que el presidente estadounidense le toque.
Justo ahora, existe en Honduras la idea de reconsiderar la base militar que EU tiene en ese país, según declaraciones de la propia presidenta Xiomara Castro.
Con el argumento del narcotráfico y los recursos militares contra los cárteles mexicanos de la droga, considerados ahora como terroristas, algunos buques estadounidenses se han apostado o han realizado operaciones en aguas internacionales, alrededor del territorio mexicano, con lo que operar desde El Salvador, vendría a cerrar la pinza.
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Lupa en Pemex
La situación financiera en Pemex sale a flote y aunque oficialmente la deuda de la petrolera mexicana era de alrededor de 506 mil millones de pesos, de acuerdo con proveedores podría alcanzar el billón de pesos, por lo que ya desde la oposición se exige que se llame a cuentas al exdirector Octavio Romero Oropeza, ya que, en 2024 se dio la mayor deuda con proveedores de los últimos 13 años.
Existe confianza entre quienes prestan servicios a Petróleos Mexicanos, en que la nueva dirección encabezada por Víctor Rodríguez Padilla pondrá orden y evite repetir vicios que han dañado a la empresa, tomada como botín por malos funcionarios.
Por ejemplo, no se ha dejado de denunciar de forma insistente, sobre la inviabilidad técnica y legal de la posible compra de la terminal Servitux por 300 millones de dólares y nos recuerdan que fue clausurada en 2021 por deficiencias y en arbitraje internacional, rescatarla con dinero público solo beneficiaría a la firma KKR.
En esas denuncias, muchas de ellas públicas, se ha insistido en poner la lupa a personajes ubicados en puestos clave que pueden incidir en decisiones como la compra de la mencionada terminal: Sergio Rosado Flores, Gabriela Cano, Marisa Mendoza y Eduardo Padilla Yebra. Rosado, nombrado subdirector del Área Comercial de Pemex y Cano concentra decisiones técnicas; y Mendoza maneja el abasto. El caso de Padilla es distinto porque como exsubdirector de Logística, fue removido por la Guardia Nacional.
@chimalhuacano