En la Ciudad de México se aprecia una convergencia poco común para cualquier gran urbe: disminución en los reportes por delitos patrimoniales, reducción en la incidencia delictiva y mejor efectividad ministerial, así como aumento en la percepción de seguridad.
Datos expuestos ayer en el Informe de Seguridad encabezado por la jefa de Gobierno, Clara Brugada, que imponen el reto de la continuidad y profundización a partir de aspectos delineados por la mandataria, entre ellos, cero impunidad en feminicidios y homicidios, cero tolerancia a delitos de género y combate al robo de autos y autopartes.
En una tendencia iniciada con la ahora Presidenta Claudia Sheinbaum como gobernante local —reconocida por Brugada—, los delitos de alto impacto bajaron 16.1 por ciento en su promedio diario al primer trimestre de este año respecto al mismo periodo de 2024. Y entre 2018 y 2025 la reducción es de 65.5 por ciento.
Un indicador central es la baja sostenida en los reportes por delitos patrimoniales a la línea de emergencias 9-1-1, los cuales no solo reafirman la baja en la ocurrencia delictiva, sino una reducción en la llamada “cifra negra”, es decir, los delitos que no se denuncian ni se registran.
Los reportes por robos en transportes eléctricos bajaron 54.5 por ciento, el Metrobús y taxi 50 por ciento cada uno, el de vehículo con violencia 24 por ciento y a casa habitación con violencia 23.1 por ciento. Esa línea operada desde el C5 representa un termómetro de lo que el ciudadano considera denunciable, reportable o de intervención estatal. Una imagen robusta de la actividad delictiva.
Ejemplo de ello puede ser el robo a transeúnte que, en 2024, tuvo una relación de 14 reportes al C5 por cada carpeta de investigación iniciada.
Otro factor, detallado por el secretario de Seguridad Ciudadana, Pablo Vázquez, ha sido la desarticulación de 18 células criminales con la detención de 292 sospechosos. En acompañamiento, un aumento de 16.7 por ciento en las vinculaciones a proceso por delitos de alto impacto, muestra del incremento en la efectividad ministerial de la Fiscalía General de Justicia encabezada por Bertha Alcalde.
Esta combinación —menos delitos y mejor respuesta institucional— rompe con la narrativa de la impunidad estructural. Aunque todavía falta por hacer, esos datos impactan favorablemente en la percepción de la seguridad que, de acuerdo con el INEGI, mejoró 28.7 puntos porcentuales entre el último trimestre del 2018 y el mismo periodo de 2024.
En la capital nacional hay un reequilibrio del ecosistema de seguridad evidenciado en la triple alineación: llamadas de emergencias a la baja, disminución en carpetas de investigación y más delincuentes procesados, así como una percepción positiva.
@guerrerochipres