Donald Trump vuelve a sacudir el escenario político con una declaración que desafía las bases democráticas de Estados Unidos: la posibilidad de un tercer mandato presidencial.
Pese a que la Enmienda 22 de la Constitución de la Unión Americana lo prohíbe expresamente, el mandatario afirmó en una entrevista con NBC News que “hay métodos” para lograrlo y aseguró que “no está bromeando”.
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En conversación con el medio estadounidense, el republicano reiteró que muchos de sus seguidores desean que continúe en el poder. “Mucha gente quiere que lo haga”, sostuvo. A pesar de su insistencia en que es “demasiado temprano” para discutirlo, reconoció que existen “otras formas” de extender su gobierno más allá del límite constitucional.
Uno de los métodos sugeridos —de forma veloz por Trump— implicaría que su vicepresidente, J.D. Vance, encabezara la fórmula presidencial en 2028, para luego transferirle el poder. Sin embargo, al ser cuestionado sobre otras alternativas, el mandatario se limitó a responder: “No”.
Cambios constitucionales
Modificar la Constitución para permitir un tercer mandato presidencial es una tarea titánica según expertos estadounidenses. Requeriría la aprobación de dos tercios del Congreso o de una convención constitucional convocada por dos tercios de los estados, además de la ratificación de tres cuartas partes de los mismos.
A pesar de lo improbable del escenario, algunos aliados del republicano ya trabajan en ello. El congresista Andy Ogles impulsa una resolución para extender los límites presidenciales, mientras que Steve Bannon, exestratega del magnate, afirmó que su líder “se postulará y ganará en 2028”.
La reciente actividad en redes sociales también refuerza esta narrativa. La Casa Blanca publicó en X una imagen del empresario neoyorquino con una corona, junto con la frase “¡Larga vida al rey!”.
Las aspiraciones de Trump retan no sólo la democracia estadounidense, sino que alarman al mundo. Dada la influencia global de Estados Unidos en economía y seguridad, analistas advierten que un tercer mandato podría desatar una crisis institucional histórica.