Aunque a nivel mundial el skateboarding ya es un deporte olímpico y existen escuelas para aprender a patinar, en la CDMX siguen aumentando los espacios dedicados a esta disciplina. Sin embargo, plazas públicas, escaleras, rampas, bardas, bancas y otras construcciones siguen siendo una opción atractiva para que cientos de patinadores impulsen la cultura de este deporte urbano.
Sin apoyos económicos o teóricos -en muchos casos- y con el solo deseo de perfeccionar trucos, algunos patinadores se dicen conformes con que solo se les respete en sus ratos de libertad.
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Por ejemplo: la Alameda Central en la CDMX, un punto de reunión para patinadores (tanto en patineta como en patines), con objetivos que van desde relajarse un rato hasta continúar perfecccionando trucos, tal y como lo hace “Alanis”, que tras 14 años patinando solo, baja trucos como medio recreativo, o casos puntuales como el de Yered García de 17 años, quien con apenas seis meses de experiencia, ya inició su actividad en competencias oficiales.
Especial
Deporte familiar
Para el joven patinador, impulsado por la historia de su padre Alexander, que llegó a dedicarse años atrás al skate profesional, su incursión a la cultura del patinaje ha sido breve pero satisfactoria.
“En el ambiente competitivo todos patinan excelente y lo mejor de la cultura es que nadie te menosprecia y nadie te está calificando o exigiendo algo. Todos están siempre abiertos a enseñarte a cómo mejorar”.
“Aquí en Bellas Artes puedes llegar solo y si los demás skaters te empiezan a ver, te respaldan y hasta aplauden con cada truco nuevo que logras”, admitió.
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En el ámbito profesional, dentro de la Alameda Central, es común encontrar a Emiliano Ortiz, mejor conocido como “El Vato del Long”.
Su peculiar elección de usar una patineta larga (longboard) le permitió perfeccionar el longboard dancing.
Hacerse profesional
Este estilo de patinaje, diferente al habitual, también tiene competiciones oficiales en México y el mundo.
“El longboard dancing es una mezcla entre el skateboard tradicional de freestyle (trucos), combinado con una danza en la tabla. No es común ver este tipo de tablas en México porque estás tablas son más comunes para el downhill (descenso en carreteras), en donde sí hay más competencias en el país”, detalló Emiliano, con 11 años dedicado a la disciplina y ya con tres patrocinadores personales.
Tras un breve paso por el Instituto de la Juventud de la Ciudad de México, Ortiz ha logrado alianzas con autoridades de la CDMX, para que haya centros de capacitación gratuitos en algunas plaza públicas y que la disciplina urbana continúe su expansión, aunque acepta que para la comunidad es más fácil hacer la relación sin tanta organización de por medio.
