El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó un decreto que busca “eliminar” el Departamento de Educación, una medida que ha sido catalogada como histórica por sus seguidores y devastadora por sus críticos.
La decisión, que forma parte de una reforma más amplia del gobierno federal, reaviva el debate sobre el papel del Estado en la educación y su impacto en las escuelas de bajos recursos.
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Un decreto controvertido
Rodeado de alumnos en la sala este de la Casa Blanca, Trump anunció que la orden ejecutiva “empezará a eliminar el Departamento de Educación federal de una vez por todas”. Aseguró que el objetivo es “devolver la educación a los estados” y ahorrar dinero, argumentando que el sistema educativo estadounidense está rezagado frente a Europa y China. Sin embargo, el cierre total del departamento requiere la aprobación del Congreso, lo que hace improbable su desaparición inmediata.
El Departamento de Educación, creado en 1979, fue un blanco recurrente de la derecha conservadora, que lo acusa de promover agendas progresistas. Aunque no puede cerrarse sin el aval legislativo, el decreto de Trump podría reducir drásticamente su financiamiento y personal.
Linda McMahon, secretaria de Educación, ya eliminó dos mil puestos, la mitad de la plantilla, y declaró que el objetivo es “devolver ese dinero a los estados, sin la burocracia de Washington”.
Foto: AFP
Reacciones divididas
La medida genera fuertes críticas por parte de demócratas y educadores. Chuck Schumer, líder demócrata del Senado, la calificó como una “toma de poder tiránica” y una de las decisiones “más destructivas” de Trump. Por otro lado, líderes republicanos como los gobernadores Ron DeSantis (Florida) y Greg Abbott (Texas) respaldaron la iniciativa, celebrando la devolución de competencias educativas a los estados.
Organizaciones conservadoras, como la Heritage Foundation, han aplaudido el decreto, calificándolo como un “día hermoso” para la educación. No obstante, expertos advierten que la eliminación del departamento podría afectar gravemente a las escuelas de bajos recursos y a programas de becas para estudiantes vulnerables, que dependen en gran medida de la financiación federal.
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El futuro de la educación en Estados Unidos
Aunque la Casa Blanca sugirió que se mantendrá un departamento reducido para funciones críticas, como préstamos estudiantiles, el futuro de la educación en Estados Unidos parece incierto. Trump y su asesor Elon Musk, quien lidera la comisión para la eficiencia gubernamental, ya desmantelaron otras agencias mediante recortes drásticos. Sin embargo, un juez federal bloqueó recientemente una medida similar contra la USAID, lo que podría sentar un precedente legal para este caso.