¿Alguna vez te has preguntado, por qué los productos femeninos son más caros que los masculinos? Esto se debe al impuesto rosa o pink tax, que aunque esta práctica no está extendida, está presente en los productos que consumimos.
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En México, los productos dirigidos a mujeres suelen tener precios más altos en comparación con versiones similares para hombres. Este fenómeno, conocido como impuesto rosa, afecta a productos de toda índole, abarcando principalmente artículos de ropa, cuidado e higiene personal, hasta servicios como cortes de cabello.
A pesar de que no es un impuesto oficial, la diferencia de precios representa un gasto adicional significativo para las consumidoras.
Según un estudio de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), los productos etiquetados como femeninos pueden costar entre 10% y 20% más que los equivalentes masculinos.
Un rastrillo de color rosa, por ejemplo, puede tener un precio mayor que uno azul, aun cuando ambos cumplen la misma función y están fabricados con los mismos materiales; lo mismo ocurre con desodorantes, champús y hasta juguetes.
Foto: Condusef
Impacto en la economía
El impacto económico de esta práctica es considerable. Un informe del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) indica que las mujeres en México ganan, en promedio, 14% menos que los hombres.
Aun con este menor ingreso, terminan pagando más por productos esenciales. Esta disparidad refuerza la brecha económica de género y limita el poder adquisitivo de las mujeres.
En 2019, el Congreso de la Ciudad de México presentó una iniciativa para prohibir la diferenciación de precios basada en el género; sin embargo, la medida no ha logrado eliminar por completo esta práctica, ya que muchas empresas justifican los costos adicionales con argumentos de mercadotecnia o supuestas diferencias en la formulación de los productos, y costo de empaques.
Para enfrentar este problema, organizaciones como la ONU y el IMCO recomiendan a las consumidoras:
Comparar precios
Elegir productos neutros
Exigir mayor transparencia en las etiquetas.
Además, piden a las autoridades fortalecer la regulación y sancionar prácticas discriminatorias.
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Mientras el impuesto rosa siga existiendo, las mujeres en México continuarán enfrentando una carga económica injusta, agravada por la desigualdad salarial. La concientización y la presión social serán claves para erradicar esta práctica en el futuro.
