Redacción
El conflicto entre Israel y Hamás ha alcanzado una tregua que busca detener la guerra y facilitar la liberación de rehenes. Como parte del acuerdo, Hamás ha entregado a ocho cautivos, mientras que Israel debe liberar a 110 prisioneros palestinos. Sin embargo, la forma en la que se realizó la entrega de los rehenes generó fuertes reacciones en Israel, lo que llevó al primer ministro Benjamin Netanyahu a exigir garantías para la seguridad de futuros liberados antes de proceder con la excarcelación de los prisioneros.
Los rehenes fueron entregados en diferentes puntos de Gaza. La primera liberación ocurrió en Jabaliya, donde una soldado israelí fue escoltada por militantes de Hamás. Más tarde, en Jan Yunis, siete personas más fueron entregadas en medio de una multitud de combatientes y civiles que observaban desde los edificios destruidos. Entre los liberados se encontraban ciudadanos israelíes y trabajadores tailandeses que fueron secuestrados durante el ataque del 7 de octubre de 2023. Las escenas de la entrega fueron caóticas, lo que provocó una condena del gobierno israelí y un llamado a los mediadores internacionales para garantizar la seguridad en futuros intercambios.
En la primera fase del acuerdo, Hamás debe liberar a un total de 33 rehenes, mientras que Israel excarcelará a aproximadamente 2.000 prisioneros palestinos. Entre ellos, algunos cumplen condenas por ataques mortales contra ciudadanos israelíes. Los palestinos han recibido con júbilo la liberación de estos prisioneros, a quienes consideran símbolos de resistencia contra la ocupación israelí. Mientras tanto, las tropas israelíes han reducido su presencia en Gaza, lo que ha permitido el retorno de miles de personas a sus hogares destruidos y el aumento de la ayuda humanitaria en la zona.
El acuerdo contempla la posibilidad de una segunda fase en la que Hamás podría liberar a los rehenes restantes y el alto al fuego se mantendría indefinidamente. No obstante, si no se alcanza un consenso, la guerra podría reanudarse en marzo. El gobierno israelí insiste en que su objetivo sigue siendo desmantelar a Hamás, mientras que el grupo armado condiciona la liberación de más rehenes al fin del conflicto y la retirada total de Israel de Gaza.
Las consecuencias de la guerra han sido devastadoras. Desde el inicio de la ofensiva, Hamás ha matado a más de 1.200 personas en Israel y ha tomado como rehenes a unos 250 individuos. En respuesta, la operación militar israelí ha causado la muerte de más de 47.000 palestinos, incluidos miles de mujeres y niños, según cifras del Ministerio de Salud de Gaza. El ejército israelí afirma haber eliminado a más de 17.000 combatientes, aunque no ha proporcionado pruebas que respalden estas cifras.
El conflicto ha dejado a la Franja de Gaza en ruinas. Gran parte de su infraestructura ha sido destruida y la mayoría de su población se encuentra desplazada. A pesar del alto al fuego, la incertidumbre persiste, ya que la reconstrucción del territorio y la estabilidad de la región dependen de negociaciones futuras y de la voluntad de ambas partes para alcanzar una solución duradera.