El Senado de Estados Unidos aprobó, luego de la toma de posesión de Donald Trump, con una votación unánime de 99-0, al senador Marco Rubio como el nuevo secretario de Estado. La confirmación del legislador republicano por Florida se convierte en uno de los procesos más rápidos de confirmación en la historia reciente del país, marcado por el respaldo total de la cámara alta.
Rubio, quien votó por sí mismo, es ahora el primer hispano en asumir este cargo, quien destaca por su ascendente rol en la política exterior estadounidense.
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La única excepción en la votación fue la ausencia de un voto procedente del Senado de Ohio, puesto vacante por el ahora vicepresidente J.D. Vance, quien dejó su escaño para unirse a la campaña presidencial de Donald Trump y que aún no ha sido reemplazado.
Rubio, de ascendencia cubana y fluido en español, es reconocido por su cercanía al magnate neoyorquino y también por sus posturas firmes frente a temas internacionales cruciales, particularmente el narcotráfico.
Durante su audiencia de confirmación en el Senado, el miércoles pasado, el senador delineó su enfoque hacia México, donde subrayó la creciente amenaza de los cárteles de la droga. Calificó a estas organizaciones como “terroristas” y destacó su control operativo sobre áreas fronterizas clave entre ambos países.
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Marco Rubio enfatizó la importancia de la cooperación bilateral entre EU y México para frenar a los cárteles, aunque no descartó el uso de medidas más contundentes. El futuro secretario de Estado mencionó que la designación de los cárteles como organizaciones terroristas extranjeras es una “herramienta imperfecta”, pero vital para combatir su expansión.
leo
