Familiares, vecinos y amigos de Bryan de 30 y Jonathan de 17 años, los dos hermanos que murieron en la explosión del polvorín de San Pablo, Chimalhuacán, llevaron sus féretros al lugar de la conflagración en memoria de los hechos ocurridos.
Antes de que los trasladaran a la casa de sus abuelos, a unas cuadras de donde ocurrió la tragedia, hicieron una parada frente al taller clandestino siniestrado y rezaron por los hermanos.
También colocaron dos cruces de madera frente a los escombros de la vivienda para recordarlos.
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Fue a las tres de madrugada de este viernes, cuando la fiscalía general de justicia entregó los cuerpos de Brian y de Jonathan Marrón Hidalgo a sus familiares.
Esta noche serán velados y mañana serán sepultados en el panteón municipal de Chimalhuacán.
Una de las mujeres que resultó con quemaduras graves, continúa en terapia intensiva del hospital 90 camas de Chimalhuacán.
Además, su bebé de 9 meses, que fue trasladado al hospital pediátrico de Tacubaya, se reporta estable.
Otros heridos están hospitalizados en Zumpango y una mujer en el Gustavo Baz Prada de Nezahualcóyotl y el resto en el hospital general de Chimalhuacán.
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Se mantienen el cerco de la policía estatal, reforzado con elementos del Ejército Mexicano en la zona de San Pablo donde se registró la conflagración, para continuar con la evaluación de los daños en las viviendas.
Las autoridades informaron que en unos días estará lista la evaluación de todas las casas que sufrieron daños estructurales para iniciar las acciones para apoyar a las familias de San Pablo, en esta zona cerril.
LDAV
