Marco Rubio, nominado por el presidente electo de Estados unidos, Donald Trump, como secretario de Estado, delineó una visión contundente para combatir el narcotráfico en su audiencia de confirmación ante el Senado estadounidense. El republicano, hijo de inmigrantes cubanos, abogó por trabajar en cooperación con el gobierno de México para enfrentar a los cárteles, calificándolos como una amenaza que “aterroriza” tanto a Estados Unidos como a México.
Rubio reconoció la posibilidad de designar a estos grupos como organizaciones terroristas extranjeras, una herramienta que describió como “imperfecta” pero significativa. “Es importante no solo perseguir a estos grupos, sino llamarlos por lo que son: terroristas”, declaró. Aunque esta opción no está descartada, enfatizó la necesidad de explorar estrategias conjuntas que prioricen la estabilidad regional.
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Durante su comparecencia, Rubio destacó que los cárteles han logrado un control operativo sobre amplias zonas de la frontera con México, convirtiéndolas en áreas de alta inseguridad. Para el nominado, combatir este fenómeno requiere tanto medidas de presión como un enfoque diplomático con México, evitando acciones unilaterales que puedan escalar tensiones.
El crimen organizado no solo fue tema para Rubio
Rubio no solo centró su atención en el crimen organizado; también abordó temas de política exterior. Criticó a China por su ascenso al estatus de superpotencia mediante prácticas desleales, y a Rusia, Irán y Corea del Norte por sus roles desestabilizadores en el escenario internacional. Además, rechazó el enfoque multilateral del actual presidente Joe Biden, al abogar por la doctrina de Trump de “Estados Unidos primero”.
La confirmación de Rubio como secretario de Estado parece inminente, lo que lo convertiría en el primer hispano en ocupar este cargo. Este hecho marca un giro significativo en la política exterior de la administración entrante, que busca abordar problemas regionales y globales con una mezcla de firmeza y pragmatismo.
LDAV