La observación de este cuerpo astral será un espectáculo único, ya que su órbita lo acerca a la Tierra solo una vez cada 160,000 años
El cometa C/2024 G3 (ATLAS), un cuerpo celeste que solo se aproxima a la Tierra una vez cada 160.000 años, será uno de los eventos astronómicos más destacados de 2025. Este cometa helado podría alcanzar un brillo similar al de Venus, pero su observación será complicada debido a su cercanía al horizonte y la interferencia de la luz solar, especialmente en el hemisferio norte.
Su mayor aproximación al sol, conocida como perihelio, ocurrirá hoy 13 de enero, cuando estará a una distancia de 13,5 millones de kilómetros (0,09 unidades astronómicas), lo que equivale a tres veces menos que la distancia habitual entre Mercurio y la Tierra.
El C/2024 G3 (ATLAS) pertenece a la categoría de cometas no periódicos, lo que significa que su órbita no sigue un ciclo regular conocido. Según detalló National Geographic, está siendo atraído por la gravedad del Sol, lo que incrementará su brillo a medida que se acerque y según las estimaciones de los astrónomos, podría alcanzar una magnitud de -4,5.
El cometa será más visible desde el hemisferio sur, especialmente durante la semana posterior al perihelio. Los mejores momentos para observarlo serán al amanecer o al atardecer, mientras viaja entre las constelaciones de Capricornio y Sagitario. Sin embargo, debido a su alta velocidad y proximidad a la Tierra en términos astronómicos, su visibilidad estará condicionada.
Dónde y cómo ver el cometa C/2024 G3 (ATLAS)
De acuerdo con el medio mexicano Chema Tierra, el C/2024 G3 (ATLAS) ya es visible desde el hemisferio sur y podrá observarse en el hemisferio norte hasta mediados de enero, aunque con ciertas limitaciones.
En México, por ejemplo, será posible localizarlo durante las primeras semanas de enero, justo antes del amanecer, en la constelación de Escorpio, cerca del horizonte oriental. Para los observadores del hemisferio sur, el mejor momento para contemplarlo será después del atardecer, cuando el cometa se eleve progresivamente en el cielo nocturno.
En el hemisferio sur, el cometa será visible durante más tiempo y en mejores condiciones, especialmente en las noches posteriores al perihelio, cuando se desplazará entre las constelaciones de Capricornio y Sagitario.
Entre el 13 y el 14 de enero, el cometa podría ser visible con binoculares durante las primeras horas de la mañana. Posteriormente, hasta el 18 de enero, será posible observarlo al caer la tarde. La Luna menguante, que alcanzará su fase de Luna nueva el 29 de enero, también contribuirá a mejorar las condiciones de visibilidad al reducir la contaminación lumínica natural.
Para quienes deseen observar el C/2024 G3 (ATLAS), no será necesario contar con telescopios u otros equipos especializados. Sin embargo, el uso de binoculares puede facilitar su localización en el cielo. Es fundamental buscar un lugar con una vista despejada del horizonte y alejado de la contaminación lumínica, como áreas rurales o zonas altas.
El mejor momento para mirar al cielo será tras el anochecer, alrededor de las 18:17 horas, cuando el sol se haya ocultado, pues debido a su baja posición en el horizonte, será más fácil identificarlo una vez que el cielo esté más oscuro.
Qué es un cometa
Según la Sociedad Española de Astronomía, los cometas, cuyo nombre proviene del griego kometes (que significa “astro con cabellera”), son cuerpos menores que varían en tamaño desde unos pocos metros hasta varios kilómetros de diámetro, y están compuestos principalmente por hielo y silicatos. Sus órbitas, que suelen ser muy alargadas, los llevan a pasar la mayor parte del tiempo en las regiones más frías y distantes del sistema solar, sin embargo, al acercarse al sol, la temperatura aumenta, lo que provoca que el hielo se sublime.
Al respecto, el sitio web Space, citado por National Geographic, explica que a medida que se acercan al Sol, la temperatura de los cometas se eleva y el hielo se convierte en gas; este fenómeno genera una cola que puede llegar a medir hasta 150 millones de kilómetros, y está compuesta por restos de vapor de agua, monóxido de carbono, dióxido de carbono y otros compuestos químicos.
De acuerdo con este medio, los cometas pueden tardar cientos, incluso miles de años en realizar un recorrido completo, y el cruce de su desplazamiento con el de la tierra, hace que sean visibles desde el cielo en determinados momentos del año.