El huracán Grace de 2021 y un incendio al año siguiente dañaron la pintura mural del Edificio I, de la Zona de Monumentos Arqueológicos El Tajín, en Papantla, Veracruz, mismo que, según el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), recuperó el 60 por ciento su esplendor.
Las labores en el vestigio arqueológico, ubicado en un área denominada Tajín Chico, al norte de la Pirámide de los Nichos, están a cargo de especialistas de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC), dirigidos por la restauradora Dulce María Grimaldi Sierra.
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Derivado de los daños ocasionados, la especialista informó que se perdió 40 por ciento del material pictórico en El Tajín.
“El equipo, integrado por 25 personas, entre restauradores, fotógrafos, arquitectos, un arqueólogo y auxiliares de restauración capacitados por la CNCPC, estos últimos, habitantes de las comunidades aledañas a la zona patrimonial, se ha centrado en detener los procesos de alteración que sufrió la pintura”.
Para ello, han colocado capas de material sintético que permite controlar la entrada y salida de la humedad, así como evitar la cristalización de sales, que impiden la visualización de la pintura mural.
Entre las labores realizadas por los especialistas están la recolocación de resanes y ribetes, la eliminación de suciedad, sales y materia orgánica adherida a los muros; se reconstruyeron sectores golpeados por el impacto de la palapa y se repusieron fragmentos o elementos arquitectónicos del soporte de la estructura, así como el retiro el hollín de muros y superficies.
Esperanza en el Caos
Foto Daniel Ponce, INAH | El proyecto de restauración, abundó Grimaldi Sierra, se ha complementado con análisis y estudios específicos para definir y entender la alteración de los colores y los soportes
Ahora se busca devolver estabilidad a los más de 100 fragmentos colapsados, mediante una investigación sobre los cambios de coloración que experimentaron a causa de humedad, sales y el calor del incendio, “esto nos permitirá afinar la información respecto a la técnica pictórica”.
El proyecto de restauración, abundó Grimaldi Sierra, se ha complementado con análisis y estudios específicos para definir y entender la alteración de los colores y los soportes. Esto permitirá establecer las mejores acciones para mantener estable la pintura y disminuir el riesgo de daños en el futuro.
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El siguiente paso será lograr el equilibrio en la entrada y salida de humedad y la formación de sales, recuperar todos los niveles de resanes y ribetes, y generar materiales de protección para asegurar una estabilidad más duradera.
En esta tarea de recuperación del patrimonio cultural, se trabaja en la preservación del edificio bajo esquemas de actuación, encaminados a reforzar el vínculo con la comunidad, para que ésta revalore su legado.
