El corte de caja de los primeros 100 días de la administración de Claudia Sheinbaum está cargado de claro-oscuros.
Ni todo fue negro, pero tampoco todo es azul (o guinda), como nos quieren hacer creer desde Palacio Nacional.
De lo destacado, indudablemente, es el sutil cambio de la estrategia de seguridad, que ha permitido la captura de capos, digamos de medio organigrama, y la confiscación de un número importante de armas y drogas.
Eso no ocurrió con López Obrador; impensable.
Ahora, Sheinbaum, ya sea por convicción propia o por la presión que ejerce Donald Trump, ha dado un giro a la política de los abrazos en lugar de los balazos, sin confrontarse directamente con su antecesor.
De hecho, ha sido muuuyyyy cuidadosa en no incomodar al inquilino de La Chingada, a tal grado que ha revivido a sus viejos enemigos (Calderón y García Luna) y tuvo que reiterar, en Morelos, que no habrá “mano dura’’ contra la delincuencia, sino que se atenderán “las causas’’.
En materia económica, 100 días apenas ha dejado tiempo para medir hacia dónde quiere ir la Presidenta.
Ya se sabe que se endeudará por algo así como 1.4 billones de pesos para completar el gasto, que destinará más de un billón de pesos a programas sociales y que seguirá alimentando a los elefantes blancos que heredó.
La parte negra, nebulosa, tiene que ver con las reformas constitucionales aprobadas por su grupo, que atentan contra la división de poderes y las garantías individuales.
Cristalizar la venganza de López Obrador en contra del Poder Judicial no acercará la justicia al pueblo, por el contrario, al tratarse de un nuevo poder que le deberá el cargo a un partido, coloca en desventaja a la población en general.
Igual pasa con la prisión preventiva oficiosa, un atentado contra los derechos humanos.
Claro-oscuros.
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“Los diferentes’’ en Tabasco, resultaron peor que los “otros’’.
Sucede que los trabajadores del Gobierno estatal, encabezado por Javier May, se manifestaron ayer en contra de la imposición de un solo proveedor de productos básicos.
La cosa está así.
A los trabajadores les dieron un monedero electrónico en el cual se les depositarán sus vales de despensa (el equivalente en pesos, pues) pero sólo pueden gastarlo en el “Súper Sánchez’’, una abarrotera ligada a administraciones pasadas.
Obviamente, las quejas no se hicieron esperar, pues los trabajadores no pueden acudir con su monedero electrónico a comprar en otras tiendas de autoservicio como sí lo hacían en la administración pasada.
¿De cuál funcionario estatal será el negocito?
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Por cierto, en Villahermosa asesinaron ayer a un empresario limonero; puede que no haya sido un magnate, pero el hecho da cuenta de la inseguridad rampante que vive la entidad, mientras la base social del narco sigue creciendo ante las narices de sus gobernantes.
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Decía el gobernador de Oaxaca, Salomón Jara, que no había tal desabasto de insumos en el hospital general de la capital, que todo era mentira, pero ayer mismo funcionarios del IMSS-Bienestar, del que depende administrativamente el nosocomio, acudieron a sus instalaciones para enterarse de las quejas de los trabajadores, médicos y pacientes.
Algo habrán de resolver, porque la crisis ya se había manifestado desde el año pasado, sin que ninguna autoridad hiciera caso a los llamados de los directivos.
Lo malo (o bueno, según se vea), es que este caso detonará en otros hospitales que se encuentran en la misma situación, que no padecían cuando dependían de los gobiernos estatales.
Ojo con el IMSS-Bienestar, antes de que se convierta en otro INSABI.
@adriantrejo