Los actos, aparentemente articulados, de terrorismo en Nueva Orleans y Las Vegas dejaron ver indicios de nuevo activismo radical de los grupos musulmanes que estarían esperando un endurecimiento por parte de la administración Trump y también aprovechando el momento para golpear a Estados Unidos desde dentro.
Esos eventos debieron de haber prendido focos en las áreas de seguridad nacional de México y podrían prever endurecimientos en los controles fronterizos por el temor creciente de la seguridad nacional estadounidense de que grupos terroristas árabes pudieran haber estado aprovechando la infiltración hacia el territorio americano con radicales disfrazados de inmigrantes ilegales.
Hasta ahora, los indicios oficiales revelan la posibilidad de contenido ideológico radical musulmán en los dos actos, pero presuntamente por parte de activistas locales que habrían sido fanatizados otra vez de las redes sociales de ISIS y algunos otros radicales.
Cualquier mapa de riesgos de seguridad nacional estaría atento a estos indicios de radicalismo terrorista, tomando en cuenta también que las autoridades estadounidenses suelen incrementar rangos de inseguridad ya en modo de pánico por la porosidad de las dos fronteras americanas, al norte con Canadá y al sur con México, además de que organismos de seguridad de EU han presuntamente localizado a figuras del radicalismo musulmán que se colaron como migrantes.
De modo natural, la Casa Blanca ha echado a andar medidas de control policíaco interno para intimidar a otros presuntos terroristas, aunque hasta ahora los primeros indicios estarían revelando actos de carácter individual o de “lobos solitarios” y no se cuentan con evidencias de que pudieran revelar células organizadas y proyectos terroristas más generales.
Y queda por aclarar si los dos últimos atentados fueron enmarcados en la presidencia de Trump o anuncios de actos más espectaculares.
Zona Zero
Los recientes actos terroristas ocurrieron justo en la coyuntura del debate interno en EU por el fracaso de la estrategia gubernamental de lograr la pena de muerte contra los terroristas del 9/11/01 que derrumbaron las Torres Gemelas en Nueva York. El debate afecta al secretario de Defensa de Biden, Lloyd Austin, por descuidar la acusación formal y dejarle posibilidades a la defensa terrorista. Si el Gobierno de EU no aplica la pena de muerte a los del 9/11/01 estaría mandando un mensaje de debilidad contra el terrorismo.
(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.
@carlosramirezh