Al compañero Zepeda, firme defensor de nuestro movimiento, le preocupa de sobremanera la presencia actuante, demasiado actuante, de dos viejos lobos de mar priistas incrustados en nuestro movimiento: el compañero Ricardo Monreal y el compañero Adán Augusto López. El Doctor Patán entiende. A mí también, en ciertos momentos, me provoca un no sé qué de poca fe en nuestro progresismo verlos así, tan protagónicos, tan echaos pa’lante, en las dos cámaras, la baja y la alta, con esos antecedentes. Pero, como con la idea de pausar el consumo de alcohol, que de vez en cuando me golpea, cuando parpadea mi convicción lo que hago es sentarme y esperar a que se me pase, yo diría que con buenas razones.
Piénsele bien, compañero. Morena es, entre otras cosas, una poderosa máquina de expiación de culpas a la que llegas y, mientras tengas una buena disposición al arrepentimiento y un repentino pero bien cuajado impulso de trabajar por los pobres, sales convertido en poco menos que un santo. No necesito explicarle lo finísima persona que es, hoy, el licenciado Bartlett, que apenas ayer trabajaba con nuestra bestia negra, Salinas, y anteayer andaba a cargo de policías de la escuela de don Fernando Gutiérrez Barrios.
Bueno, pues don Manuel es uno de los pilares de nuestro movimiento. Un patriota. Como lo es Marcelo Ebrard, el vizconde de Casaubón; como lo es Nachito Mier, que fue presidente del comité estatal del PRI en Puebla en los turbulentos 90; como lo fue –aunque fue muchas cosas– Porfirio Muñoz Ledo, nacido también en el priismo ultramontano; como lo son, entre los más nuevos, Murat o Ale del Moral; como mi Lay, que además es de alcurnia priista, sobra decir; como Poncho Durazo; como Américo Villarreal, quien tampoco es que digamos un hombre con el alma de un niño, y que se echó 30 y pico años en el equipo contrario; o, faltaba más, como el otro Nacho, Lavalle, que pasó de la tenebra echeverrista y portillista a verse imbuido de una ingenuidad tal, a ostentar un alma de una pureza tan conmovedora, que en lo de Segalmex lo engañaron unos priistas de los que todavía son malos.
Sobre todo, compañero, el padre fundador del movimiento, el Ex Quinto Presidente Más Popular del Mundo, fue también un priista de pura cepa, al punto de que coqueteó con traerse al señor Carrillo Olea al arranque de su sexenio. Así que a no hacer ascos, hombre, que los dos jefazos en las cámaras son exactamente igual de dignos, progresistas y austeros que los del resto de la nómina.
@juliopatan09