Redacción
En una estrategia enfocada en fortalecer a la industria textil del país, la presidenta Claudia Sheinbaum firmó un decreto que establece un incremento temporal en los aranceles para ciertos productos importados. Este ajuste consiste en un aumento del 35% para mercancías confeccionadas y del 15% para textiles, medida que tiene como objetivo principal proteger a los productores mexicanos frente a la competencia desleal generada por productos extranjeros.
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, explicó que los nuevos aranceles se aplicarán únicamente a países con los que México no cuenta con tratados de libre comercio. Esto busca cerrar una brecha en el sistema de importaciones que ha permitido la entrada de productos terminados sin el pago de impuestos correspondientes. Dichos productos, al ofrecerse a precios más bajos, han afectado significativamente a las empresas nacionales al dejarlas en una posición de desventaja en el mercado interno.
La industria textil mexicana ha enfrentado retos importantes en los últimos años. Se reporta una contracción del 4.8% a tasa anual, lo que equivale a pérdidas por mil 229 millones de pesos. Además, el empleo en el sector ha sufrido un deterioro notable, con la pérdida acumulada de 79 mil puestos laborales en años recientes. Esta situación ha llevado a que la industria alcance uno de los niveles más bajos de ocupación en la actualidad.
El decreto también se alinea con el objetivo de fomentar condiciones más justas para los productores nacionales y detener las prácticas comerciales que afectan la competitividad de los productos mexicanos. Los aranceles adicionales pretenden equilibrar el terreno para las empresas locales y estimular una recuperación económica en el sector textil, clave para muchas regiones del país.
En este contexto, el gobierno federal busca respaldar a una industria que no solo aporta al desarrollo económico, sino que también es fundamental para la generación de empleo y la actividad comercial en varias cadenas productivas. Este tipo de acciones responde a una necesidad urgente de fortalecer a los sectores más vulnerables ante las dinámicas del comercio internacional y garantizar su sostenibilidad en el largo plazo.
