Redacción
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, compareció ante el Congreso de los Diputados para detallar las acciones de su administración tras las devastadoras lluvias torrenciales que afectaron a varias comunidades autónomas de España, especialmente en Valencia. El evento, que resultó en más de 200 víctimas mortales, dejó también una gran cantidad de desaparecidos y miles de damnificados. Durante su intervención, Sánchez dirigió duras críticas hacia Carlos Mazón, presidente de la Comunidad Valenciana, a quien responsabilizó por no estar a la altura en la gestión de la crisis. El mandatario anunció un plan de inversión pública para la reconstrucción que superaría los 2.200 millones de euros.
El presidente del Gobierno español defendió las acciones de su gabinete, aunque admitió las críticas de los damnificados por la demora en la intervención de las unidades militares especializadas y la falta de coordinación entre los diversos cuerpos de emergencia. Insistió en que las competencias para la gestión de las tareas de rescate y reconstrucción recayen en las comunidades autónomas afectadas, como la Comunidad Valenciana, Andalucía, Cataluña, Aragón, Murcia y Castilla-La Mancha. A pesar de este marco de competencias autonómicas, Sánchez destacó la importancia de la intervención del Gobierno central, especialmente en los municipios más afectados cerca de Valencia.
El mandatario subrayó que su administración había movilizado grandes recursos para la ayuda a los afectados, destacando un paquete adicional de medidas por más de 2.200 millones de euros que se aprobaría en los próximos días. En total, el Gobierno central destinó 16.600 millones de euros a las labores de reconstrucción. Además, Sánchez subrayó que algunas personas con cargos importantes habían fallado en sus responsabilidades, haciendo hincapié en que se tomarían las acciones pertinentes para depurar las responsabilidades.
El líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, aprovechó la ocasión para arremeter contra Sánchez, acusando al Gobierno de usar la tragedia como un medio para desviar la atención de los escándalos de corrupción que afectan al entorno del presidente, especialmente a su exministro José Luis Ábalos y a otros miembros de su círculo cercano. Feijóo criticó la falta de acción del Gobierno ante la catástrofe, sugiriendo que ya se conocían los riesgos y que la respuesta fue inadecuada.
En medio de esta crisis, otro conflicto político sacudió al Partido Socialista de Madrid (PSM), donde se registró la dimisión de su líder, Juan Lobato, tras un enfrentamiento con los dirigentes nacionales del PSOE. Lobato había sido acusado de filtrar información confidencial relacionada con un caso judicial que involucraba a la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. La dimisión de Lobato se enmarca en un proceso de renovación interna en el partido, con la designación de Óscar López, actual ministro de Transformación Digital, para tomar las riendas de la agrupación madrileña.
Esta serie de incidentes ha puesto de manifiesto las tensiones dentro del PSOE y la creciente presión política a la que está sometido Pedro Sánchez, quien se enfrenta no solo a las críticas de la oposición, sino también a la gestión interna de su partido en un contexto de desafíos sociales y políticos.
