Nueva York, la ciudad más grande de Estados Unidos, alertó a sus 8.5 millones de ciudadanos a ahorrar agua debido a la sequía sin precedentes que atraviesa la región, la cual también impulsa los incendios forestales.
Desde el pasado viernes, las llamas que se alimentaron por vientos secos y descritas por las autoridades locales como las más graves desde 2008, arrasaron miles de acres en la frontera entre NY y Nueva Jersey, además de provocar la muerte de un bombero de 18 años.
Ante las condiciones “extremadamente secas” con vientos fuertes y baja humedad, la ciudad y otras áreas del estado al norte están en alerta.
Durante el fin de semana, un incendio de baja magnitud se suscitó en Prospect Park, una gran área verde en el distrito densamente poblado de Brooklyn de la ciudad.
Tras los siniestros, el gobernador de Nueva Jersey, Phil Murphy, indicó que “la realidad es que la sequía que estamos experimentando actualmente es solo un ejemplo de cómo un clima cambiante está afectando a nuestro estado hoy, no muy lejos en el futuro, sino ahora mismo”.
La sequía que experimenta la ciudad estadounidense, está exacerbada por la falta de lluvias significativas durante gran parte de septiembre, octubre, y noviembre.
Mediante un comunicado del departamento de protección ambiental, dijo que el fenómeno climático coincide con una revisión importante del sistema de suministro de la ciudad, donde anteriormente se observó que el área obtuvo más de un embalse en Catskill Park.
“Si bien hay mucha agua en nuestros embalses ahora, estamos trabajando para comenzar los esfuerzos de conservación pública ahora en caso de que esta sequía continúe”, indicó el departamento.
Como medida de emergencia, los bomberos de la ciudad pidieron a los residentes a reducir su consumo de agua, al recordar que incluso “una boca de incendios abierta puede liberar más de mil galones por minuto”.
Las autoridades señalaron que la demanda promedio diaria de los neoyorquinos disminuyó aproximadamente un 35 por ciento en las últimas décadas, pero los funcionarios destacan que se puede hacer más para evitar el desperdicio.
Finalmente la Oficina de Administración de Tierras Naturales subrayó que el suelo en partes de Nueva Jersey estaba seco casi ocho pulgadas hacia abajo, la peor situación en más de un siglo.