Elio Henríquez/La Jornada/San Cristóbal de las Casas, Chis. – La disputa del estadio municipal de futbol americano entre la asociación Búhos San Cristóbal (BSC) y el ayuntamiento por los ingresos económicos que genera, por rencillas personales y por revanchas políticas ha ocasionado un conflicto que ha generado incertidumbre entre deportistas y padres de familia, pues las autoridades municipales ya iniciaron un proceso jurídico.
El entrenador y presidente de BSC, Eduardo Serrano, quien administra el estadio, aseguró que el fondo del problema estriba en que Martín Elio Ricci, ex jugador de futbol americano y padre de la alcaldesa morenista, Fabiola Ricci Diestel, “pretende apropiarse” del espacio “por capricho”.
La alcaldesa rechazó que su padre esté detrás del problema porque “él no tiene vela en el entierro”, sino que lo que está exigiendo el ayuntamiento a BSC es que “devuelva el inmueble porque ya concluyó el comodato” mediante el cual se le otorgó hace varios años.
El conflicto empezó a partir del 1 de octubre pasado en que Ricci Diestel tomó posesión para un período de tres años, cuando el nuevo coordinador de Fomento Deportivo, Marco Antonio Salas pidió a BSC que entregara la administración del estadio.
“Lo único que se le ha pedido es la administración del inmueble, la oficina y la cafetería para que lo tengamos nosotros. El reglamento dice que esos bienes tienen que ser administrados por el municipio, pero como BSC, que es un club privado, no una liga de futbol se negó, ya se agotó el diálogo e iniciamos el proceso jurídico correspondiente para que devuelva” el espacio, añadió.
Eduardo Serrano, afirmó que desde la campaña política, Martín Elio le advirtió que “lo primero que haría cuando su hija llegara al poder sería sacarnos del inmueble”.
Cuando ganó Fabiola el 2 de junio, agregó, “nos empezaron a hablar para desalojarnos, a través del coordinador del deporte. Ya habíamos llegado a un acuerdo con ella y quedamos de trabajar conjuntamente y hacer mesas de trabajo, pero dos días después me marcaron para decirme que desocupara las oficinas y la cafetería”.
Serrano, quien de años atrás trae pique con el padre de la presidenta municipal, sostuvo que se trata de “un tema personal contra nosotros”, al tiempo de expresar que “a ningún equipo se le niega la entrada al estadio que es uno de los argumentos que están usando para sacarnos, cuando hemos hecho un buen trabajo: Conseguimos que niños sean becados, hacemos torneos, aquí juegan varios equipos, incluso de Tabasco y Veracruz. Se cobran 10 pesos por la entrada los domingos y con eso se le da mantenimiento al campo, se pagan veladores, jardinero y a la señora que cuida la entrada”.
Los entrenadores de los equipos Cerveros, Querreques y Pretorianos, Baldomero Zamora, Carlos Román y Enrique Solórzano Cartagena, respectivamente, coincidieron en que “nunca se le ha negado la entrada a nadie. Desde que Eduardo está al frente hemos tenido buena administración, no hemos tenido carencias de nada. Las instalaciones y los baños están limpios. No sabemos qué pretendan al quitarnos la administración si las cosas están funcionando muy bien”.
Comentaron que el padre de la presidenta municipal es parte del grupo que trajo el futbol americano a San Cristóbal y se les respeta, pero “eso no les da derecho a apropiarse del estado por un capricho”.
Román aseguró que cuando se iba a construir el estadio, “nosotros como jugadores vinimos a sacar tierra, a taladrar tribunas de fierro y madera. En 2004, cuando tiraron en el campo deportivo los escombros del hospital de las Culturas, había cajones de muertos que sacaron del panteón que está al lado, jeringas, vidrios, corcholatas. Ese trabajo lo hemos venido haciendo desde hace más de 11 años y no solo Eduardo, sino todos los jugadores y padres que mantenemos este espacio. Pareciera que es por complacencia, por lo que no podemos permitir que nos quiten un espacio que le dará oportunidad a otros jóvenes porque en torneos nacionales que se realizan viene gente de Monterrey, Sinaloa, Sonora, Chihuahua”.
Ricci Diestel afirmó que el problema “se ha politizado al 100 por ciento y están usando a mi papá para golpearme políticamente, pues ellos estuvieron apoyando otra opción política que perdió”, al tiempo de mencionar que “el campo se gestionó cuando mi papá era presidente de la Liga hace muchos años y se le dio en comodato al equipo Búhos en que él jugó, pero ya venció hace cinco o seis años”.
En entrevista, agregó que “tenemos varios equipos de tocho banderola, un deporte olímpico. La Federación le pidió al ayuntamiento que le dé los espacios a los equipos federados entre ellos Dragones Negros (de San Cristóbal). Cuando tomé posesión nos entregaron el inmueble porque sabían que no hay comodato, pero a los dos días pidieron las llaves y ya no lo devolvieron. Se quedaron con el campo y ahí empezó el problema”.
Marco Antonio Salas dijo que al no devolver el inmueble “se rompió el diálogo y el ayuntamiento inició la vía jurídica para recuperarlo, con el fin de que se facilite la entrada a todos los equipos”.
La alcaldesa insistió en que el estadio, construido en la anterior administración estatal, “se ha convertido en un negocio personal, cuando es un campo público, además de que no existe un comodato. Nunca se les prohibió jugar, pero sí que hubiera un administrador para que se le dé oportunidad a otros equipos. Eso es todo”.
Añadió: “Ya nos reunimos tres veces y les dije que no se cierren, que el campo no es privado, sino público y tienen que entrar todos los equipos, pero ellos pueden seguir con su calendario de juegos, ya que no se les va a bloquear nada. Además, me comprometí a construir dos campos más en esos espacios y que el ayuntamiento pagaría el personal que labora ahí, pero lo han rechazado”.
Ricci Diestel remarco: “Ellos tienen que entregar el área administrativa. Dárselas en comodato a ellos nos va a generar un problema con equipos que por años han peleado un espacio público. A nadie se le dará en comodato. El gobierno pasado se los dio de palabra. Es un mal vicio. Si quieren seguir usando la cafetería que paguen al ayuntamiento como pagan las tienditas en otros espacios deportivos”.
Manifestó que el cabildo “ya procedió legalmente porque se les pidió de buena fe tres veces y se negaron. Mi papá para nada está relacionado en el asunto. Ya lo politizaron todo, por lo que les dije que los pleitos son en el campo, no afuera”.
Madres de familia cuyos hijos e hijas entrenan y juegan en el estadio pidieron a la alcaldesa “respeto” y que haya diálogo para llegar a acuerdos, con el fin de que el estadio “siga funcionado como está”.