Este domingo y sin ningún contratiempo, Morena cumplió una de las máximas obradoristas “continuidad con cambio”, y -de nuevo- dio control del movimiento a las dinastías López y Alcalde.
A 8 días de que el presidente López Obrador deje el cargo y se retire de la vida política y pública de México en la que estuvo presente por más de 3 décadas, el partido que fundó y lo llevó al poder, decidió por unanimidad que su legado quede en manos del relevo generacional de 2 de las familias que le dieron vida a la “Cuarta Transformación”: López Obrador y Alcalde Luján.
Esto, ya que hoy, los 300 consejeros guinda se reunieron en el World Trade Center -lejanas quedaron aquellas reuniones en pequeños espacios en las colonias- para, a mano alzada, dejar la dirección del partido en otra Luján, Luisa María, hija de 2 de los fundadores del partido: Arturo Alcalde, uno de los más poderosos abogados de México, y Bertha Luján, excontralora del hoy Presidente cuando fue jefe de Gobierno, y también exdirigente de “La esperanza de México”.
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Alcalde Luján, como su hermana Berta han estado en el movimiento como militantes, y en el “primer piso de la Cuarta Transformación” en varios puestos de relevancia: la primera en Trabajo y ahora en Gobernación; la segunda, como abogada en Cofepris y ahora como directora del ISSSTE.
Mientras que el titular de la Secretaría de Organización encargado de definir el empadronamiento de militantes, palomear listas de candidatos (“protagonistas” dicen sus estatutos) y de “coordinar la acción electoral del partido a todos sus niveles” será Andrés Manuel López Beltrán, segundo hijo del saliente presidente de México.
“Andy” como se le conoce, es el único -hasta ahora, según dichos de su padre- que ha manifestado interés en la política; antes estuvo involucrado en actividades morenistas en la Ciudad y el Estado de México.
Y, en una vuelta de tuerca del destino, deja atrás lo dicho hace 7 años en el documental “Este soy” producido por el videasta de la familia, Epigmenio Ibarra:
“No somos los juniors abusivos del poder, nosotros no vamos a ser parte del gobierno, no creemos en el nepotismo, creemos que eso es una lacra más de este sistema”.
Este relevo generacional en 2 puestos claves de Morena eclipsan al resto de nombramientos:
Carolina Rangel Gracida, secretaria General
Iván Herrera Zazueta, secretario de Finanzas
Aaron Enriquez García, secretario de Jóvenes
Manuel Alejandro Robles Gómez, secretario de Mexicanos en el Exterior
Arturo Martínez Nuñez, secretario de Artes y Cultura
Manuel Zavala Salazar, secretario de Movimientos Sociales
Y, con una disciplina que ni tiene la Guardia Nacional, no hubo ni una sola voz discordante, ni una sola protesta, los pocos gritos que hubo en la calle durante el Congreso fueron los de algunos seguidores de Noroña, Clara Brugada, o los de los vendedores de productos morenistas, en los que, no podía faltar, el protagonista fue Andrés Manuel López Obrador.
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Y, pese a que todo fue miel sobre hojuelas para que las riendas del hoy todopoderoso Morena, con el control de casi todas las gubernaturas, y los poderes legislativos a nivel federal y local, pasarán a los hijos de sus fundadores, los presidentes constitucional y electa, Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum coincidieron en advertir a quienes la sabiduría popular podría considerar “nepo baby’s” de la política, que no dejen que el movimiento caiga en los vicios de la “vieja política”.
El más enfático, como no podía dejar de ser, López Obrador, quien como patriarca que da sus últimas recomendaciones a su estirpe, dijo en voz del gobernador de Sonora, Alfonso Durazo:
“No permitan que los antiguos vicios y perversiones de la política florezcan en nuestras filas. Eviten la prepotencia, la búsqueda del poder por el poder, la soberbia, la corrupción, el nepotismo y el sectarismo. No roben, no mientan, no traicionen nunca al pueblo”.
LEO
