En El Aleph, Jorge Luis Borges nos recuerda que el universo es un caos ordenado, donde los eventos se entrelazan de manera inesperada para modificar la trama y el desenlace. Así, también, la política es un escenario impredecible, donde cada giro redefine el panorama con cada acontecimiento. Y hoy, a menos de 100 días de la elección presidencial en Estados Unidos (EU), vivimos uno de esos momentos que llevan a reconsiderar lo que muchas voces daban por sentado.
Por una parte, después de la Convención Nacional Republicana, los estrategas de Donald Trump se mostraban confiados en una victoria contundente. Su narrativa, reforzada con el hecho de que el candidato sobreviviera al atentado en Pensilvania, parecía imbatible. Sin embargo, en un giro inesperado, la carrera electoral tomó un nuevo rumbo. La decisión del presidente Joe Biden de retirarse de la contienda y apoyar a la vicepresidenta Kamala Harris (quien se perfila como la virtual candidata del Partido Demócrata) revitalizó una campaña que mostraba signos de debilidad.
La incorporación de Harris a la contienda inyectó nueva energía a su partido. En tan solo una semana, su campaña logró recaudar 200 millones de dólares y sumar a 170 mil nuevas personas voluntarias. Además, el reciente apoyo de figuras como Barack y Michelle Obama cimentó aún más su posición, otorgándole una ventaja estratégica significativa. Según una encuesta reciente de Morning Consult, Harris supera a Trump en estados clave como Michigan, Arizona, Nevada y Wisconsin, aunque enfrenta desafíos en Pensilvania y Carolina del Norte.
En México observamos con interés cómo se desarrolla la contienda. Kamala Harris, con su enfoque inclusivo y progresista, representa un cambio potencial en las relaciones bilaterales, especialmente en temas cruciales como la migración. Sin embargo, su historial en la gestión de la frontera y la crisis migratoria ha sido objeto de críticas. Aún queda por ver cómo abordará estos retos en su campaña y cómo responderá Trump, quien, en su discurso de aceptación, lanzó duras críticas a la inmigración.
La política es un juego de movimientos inesperados, y aunque Harris tiene una ventaja en algunos frentes, el camino hacia la Casa Blanca sigue lleno de incertidumbre. Las elecciones se definen no sólo por los números de las encuestas, sino también por la capacidad de las y los candidatos de conectar con las personas votantes y ofrecer una visión que inspire confianza y esperanza en un futuro mejor.
Por nuestra parte, seguiremos atentos al desarrollo de esta contienda, que indudablemente influye en nuestra relación como nación con EU. La historia aún se está escribiendo y cada día nos ofrece un nuevo capítulo en una narrativa de giros inesperados. Esperamos con expectativa lo que vendrá, sabiendo que en política todo es posible y nada es definitivo, sino hasta el final.
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