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¿Qué Napillo nunca ha robado un peso, que no es estafador y que es un minero? Eso, y una de vaqueros es lo mismo y no, no se trata de darle el beneficio de la duda, sino de evidenciar como este ratero y mentiroso lleva más de dos décadas saqueando las cuentas del Sindicato Minero como se le viene en gana.

Basta aplicar la lógica y matemática básica para saber que es imposible que alguien que ha trabajado en contadas ocasiones y que, además, parte de su corta vida laboral, asegura, haya sido trabajador minero, pueda acumular millones y millones de pesos traducidos en mansiones en México y en el extranjero, colección de carros de lujo, cadena de restaurantes y una serie de obras de arte, por poner un ejemplo.

Es imposible, un trabajador en México con un crédito de Infonavit tarda de cinco a 30 años en pagar una vivienda y el monto máximo que presta la institución es de 2 millones 595 mil pesos, entonces, si Napoleón Gómez Urrutia es minero y tiene un salario promedio de entre 20 mil y 30 mil pesos, ¿cómo es que pudo pagar un departamento de lujo de dos millones y medio de dólares canadienses? Los números no dan. ¿Que fue con sus ahorros?, ¿cuáles? Si cuando se apoderó de la dirigencia nacional del Sindicato Minero solo acumulaba deudas.

La explicación es sencilla, siempre se ha dicho que Napillo no es minero y mucho menos ha cobrado como tal, él se despacha con la cuchara grande y se sirve de las cuotas sindicales, pero no sólo eso, la abundancia llegó a su vida a partir del 2005, cuando se quedó con mil millones de pesos que debían ser repartidos a más de 10 mil trabajadores de Cananea, ya que les correspondía el cinco por ciento de las acciones provenientes de la venta de la mina; sin embargo, Napillo decidió robárselos.

¡Fuera máscaras!, como dice el presidente López Obrador, está documentado por la Secretaría de Hacienda y la Procuraduría General de la República que Napoleón Gómez Urrutia abrió 23 cuentas bancarias en 17 países, unas a su nombre, pero la mayoría al de su esposa quien, por cierto, tampoco es minera, pero por años también ha usurpado el oficio para desplazar a las compañeras de las actividades del Sindicato y para manejar a su antojo los recursos de la organización.

Al Reino Unido, España, Suiza, las Islas Caimán y las Bahamas fueron a dar parte de los mil millones de pesos que Napillo se robó. La investigación de las autoridades también documentó la compra, en 2005, de más de tres millones de pesos en obras de arte en galerías de Suiza, Turquía y Estados Unidos y también se tienen registradas compras millonarias de arte antiguo a nombre de su fiel cómplice, la desde entonces millonaria esposa Oralia Casso Valdés.

El desvío de recursos,  por parte de Gómez Urrutia, no sólo fue registrado por las autoridades, también por investigaciones periodísticas y es que era más que evidente que él no cobraba un salario de minero, sino de millones de pesos, provenientes de los trabajadores a los que no ha dejado de estafar.

Napillo acumula una fortuna inexplicable, ofensiva y más, cuando por 19 años miles de mineros le han pedido, rogado y exigido que les regrese su dinero. Es momento no sólo de que les reintegre lo que les robó y les pertenece, sino que explique de dónde y cómo pudo acumular una riqueza desmedida, de millones de dólares con un supuesto salario de minero. Que se investigue la toma de nota y la malversación de fondos.

 

     @CarlosPavonC

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