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María Guadalupe Aguilar lleva 13 años tratando de localizar a su hijo José Luis,desaparecido el 17 de enero de 2011 en Tonalá, Jalisco. Su calvario arrancó cuando no había Fiscalía ni Comisión ni registro ni nada. 

Lupita, como le llaman sus compañeras, reconoció que desde entonces, muchas cosas han cambiado, pero la constante es la comisión de ese delito, porque los desaparecidos van en aumento en todo el país y cada vez hay más madres buscadoras. Este 10 de mayo, su mejor regalo sería hallar a su hijo.

La coordinadora y fundadora del Colectivo de Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos de Jalisco (Fundej) recordó que formó el grupo, porque se dio cuenta, y eso le asustó, que no era la única madre que buscaba a su hijo, que eran más, en otros estados, y que las autoridades no hacían nada para dar con su paradero.

“Soy enfermera de profesión, gracias a Dios que yo ya estaba jubilada y entonces empiezo a dedicar mi vida a esto, a buscar a mi hijo y a estudiar, porque estoy convencida de que tenemos que conocer de leyes, genética, ciencia forense, derechos humanos y otras disciplinas más para seguir con nuestra labor”, explicó.

Con el paso de los años, afirmó, se creó la Ley General de Víctimas, la Comisión de Búsqueda y las fiscalías especializadas, que son de gran ayuda, pero que no se dan abasto.

“Por lo mismo, porque hay miles y miles de cuerpos, de cadáveres en los Servicios Médicos Forenses, pero no hay el suficiente personal para identificar a tantos y tantos restos humanos”, lamentó.

Desde 2020, con la pandemia, nuestras oficinas están frente al Semefo, porque es ahí donde, tristemente, hemos encontrado a la mayoría y también porque nos hemos dado cuenta que la delincuencia se los lleva y los mata.

“Tristemente es un porcentaje muy bajo de los que encontramos con vida, por eso hay que exigir que  la búsqueda sea inmediata, porque entre más pronto los busquen, más posibilidades hay de encontrarlos vivos. Desgraciadamente es un delito que va que va al alza”, añadió.

UN RECONOCIMIENTO AL DOLOR Y SUFRIMIENTO

El pasado 13 de marzo, el Fundej recibió, de manos de Felipe VI, el IX Premio de Derechos Humanos Rey de España que conceden el Defensor del Pueblo y la Universidad de Alcalá.

Guadalupe recibió el reconocimiento y destacó: “El impacto social que tuvo, porque España es la puerta de Europa y es importante que se sepa en todo el mundo lo que está sucediendo en México con los desaparecidos”.

Obviamente, indicó, no les parece a las autoridades mexicanas, pero pues que se pongan a trabajar, así de fácil, que pongan a identificar a tantos y tantos desaparecidos que están en el Semefo o en fosas clandestinas; que investiguen.”

Rechazó que se trate de un premio, porque para ella un premio sería que le regresaran a su hijo. No obstante, resaltó que son reconocimientos que “nos sirven para continuar trabajando, para seguir ayudando a la gente, para seguir buscando y para seguir adelante”.

Por ello, azuzó a las madres buscadoras a insistir, resistir y no claudicar.

Aseveró que este 10 de mayo integrantes de diferentes colectivos y buscadoras particiarán en una marcha del Monumento a la Madre al Zócalo, las más que se pueda de todos los estados, para unificarnos en una sola petición: “Encontrarlos, queremos saber dónde están”.

 

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