En aras de que no me vaya a acusar con el Instituto Nacional Electoral (INE) porque no escribo o no hablo de él, este viernes quiero dedicarle este breve espacio (en el que jamás ha sido mencionado) a Jorgito Álvarez Máynez, el candidato presidencial de Movimiento Ciudadano (MC), quien esta semana, al grito de acúsalos con tu mamá, Quico, reclamó con ojos llorosos ante el árbitro electoral que los concesionarios de radio y televisión, los dueños de medios impresos y los opinólogos de las redes sociales no le quieren dar cobertura a su campaña rumbo a Palacio Nacional.
O sea, el titán de la llamada “nueva política” (sí, ese que salió de las filas del PRI y que de chamaco correteaba al presidente López Obrador para sacarse fotos con él) exige que le cubran su campañita, a fuerzas.
¿Qué pasó, Jorgito?, ¿no que tú solito te bastabas y sobrabas, con tu carisma y con tu arrastre, con tus bailecitos, con tus tenisitos fosfo-fosfo y tus camisetas de equipos de fútbol, para derrotar a los prianistas? La realidad estrangula y tú lo sabes. A menos de un mes de la elección ya te informaron que los números no te dan ni siquiera para conservar el registro. Por lo tanto, ¿con qué cara exiges que los medios te den cobertura? Aquí y en China los medios y los comunicadores siempre se van a ir con los punteros (esos son los que dan “la nota”) y, pues, tú no lo eres. Vas en un muy rezagado tercer lugar del que ya no vas a salir. Por eso tu pataleta.
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Con motivo de la celebración del Día Internacional del Trabajo, el 1 de mayo, que se conmemoró este miércoles, la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM), que a nivel nacional encabeza Pedro Haces Barba, realizó manifestaciones en las 32 entidades del país cuyo común denominador fue destacar las conquistas de la clase trabajadora mexicana, las cuales se han convertido en el motor de nuestra economía y nuestra sociedad.
La participación masiva de la CATEM en estas manifestaciones refrendó que esta es la central sindical que defiende los logros plasmados en la Ley Federal del Trabajo, pero además es celosa vigilante de la aplicación de la misma en beneficio de sus agremiados.
Asimismo, también hay que reconocer que en estos momentos existe una sinergia positiva de coadyuvancia entre la CATEM y el Gobierno en lo que respecta a la protección y promoción de los derechos de los trabajadores, lo que permite priorizar la justicia social a través de políticas públicas incluyentes que consolidan el bienestar de la clase trabajadora, cuya lucha histórica de décadas ahora se ve reflejada en jornadas laborales justas y en un entorno de condiciones de trabajo seguras y equitativas, lo que indudablemente permite que tengamos un mejor tejido social.
Éste, el movimiento sindical, es, por mucho, un pilar indiscutible de la democracia y la justicia social, en el que los sindicatos han jugado un papel fundamental y que, de cara a su futuro inmediato, deberá enfrentar diversos desafíos para redefinir su futuro y relevancia.
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