Pero de las tallas reducidas seguimos sin tener explicación
Pabellón Encogido.- Un empleado de Zara exhibió al montón de clientes “groseros” y prepotentes que llegan a la tienda, y a los que tiene que soportar (así se usa el trend de “soporta”, ¿no?).
El trabajador haría una publicación en su cuenta de “X” que terminaría sirviendo como “hilo” ya que a partir de su denuncia se dejaron venir montón de usuarios a replicar.
En centro comercial en Beijing con las principales tiendas de lujo occidentales. China ha avanzado en muchas cosas pero aún no en diseño. Españolas está Loewe y como siempre Zara pic.twitter.com/RIYuJzdtve
— José Carlos Díez (@josecdiez) December 19, 2023
“Trabajo en ZARA y no, no soy un empleado grosero, al contrario, soy muy amable y los clientes me lo reconocen todos los días. Pero es tan difícil lidiar con los clientes prepotentes, groseros y mal educados. Aquí el ejemplo, esta mesa la doble 3 veces en menos de 15 minutos”, escribió el trabajador de la tienda acompañado de una foto de la mesa con todos los pantalones “desdoblados”.
Se armó sabroso el debate con un empleado de Zara
Esto dio pie a que otras personas que se sintieron identificadas con el “clientes prepotentes” contestaran la publicación:
“En ropa antes de comprar necesitas probártela y ver si te luce, uno va y busca la talla y la vuelve a dejar ahí, por algo estás ahí, para organizar precisamente eso, sino cuál es tu función?”, escribió uno de quien no queremos ni ver cómo tiene su cuarto.
Trabajo en ZARA y no, no soy un empleado grosero, al contrario, soy muy amable y los clientes me lo reconocen todos los días.
Pero es tan difícil lidiar con los clientes prepotentes, groseros y mal educados.
Aquí el ejemplo, esta mesa la doble 3 veces en menos de 15 minutos pic.twitter.com/i54KamLt3s
— CARLOS MOISES (@MoisesMedinaMX) December 22, 2023
“Por que la gente es mal hecha, lo hacen como lo leí en los comentarios de TikTok, a propósito, para “hacernos enojar” no chinguen! No somos personal shoppers para estar con cada cliente por toda la tienda. No somos “gatos” de nadie. Yo trato de ofrecer un buen servicio”, reviró enfurecido el trabajador sin explicar el misterio de las tallas reducidas o por qué la ropa se deslava a la segunda puesta.
En el mismo hilo se leen todo tipo de comentarios, desde los que lo apoyan hasta los que coincide que no se debe quejar por hacer su trabajo.