Nadie en el país duda que el sentido del presupuesto para el próximo año tenga fines electorales.
Se restringen los recursos para estados y municipios, se aumentan los recursos para los programas asistenciales y se crean “guardaditos’’ con el dinero que se recortó a organismos autónomos y al Poder Judicial.
Pero hay un tema en este asunto que debería preocupar incluso a los seguidores de Morena.
¿Qué pasará con los recursos excedentes de la venta de petróleo?
Para el siguiente año, el gobierno proyectó, en la Ley de Ingresos, un precio de 56.7 dólares por barril; así se aprobó, aunque la oposición pidió reconsiderar el precio a 76.7 dólares por barril, que es en promedio la estimación de las consultoras para el próximo año.
Cada dólar extra en el precio del barril de crudo representa para las finanzas mexicanas 13 mil 400 millones de pesos adicionales.
Ayer, por ejemplo, el Brent cerró en 86.07 dólares por barril y el WTI, que se toma, cerró en 81.85 dólares por barril en tanto que la mezcla mexicana cerró en 76.78 dólares por barril.
Es decir, que sí ese fuera el precio promedio para el año próximo, el gobierno se estaría embolsando 20.8 dólares por barril.
Esos 20.8 dólares multiplíquelos por 13 mil 400 millones y resultarán casi 270 mil millones de pesos extras solo por los excedentes petroleros.
El fondo del asunto es que no existe un mando, ley, reglamento o como quiera llamarle, que obligue al gobierno a informar en qué se gastará o invertirá ese dinero.
Ayer el presidente López Obrador se negó a aceptar que el dinero excedente por la venta de petróleo se utilice, en parte, para financiar la reconstrucción de Acapulco.
“Tenemos recursos de sobra’’, dijo, pero los damnificados no los ven por ninguna parte.
Otro tema son los padrones de los beneficiarios de los programas sociales, que muy pocos conocen.
Como la transparencia no es lo que distingue a este gobierno, nadie sabe si los padrones de beneficiarios están inflados o no.
No hay información que corrobore que, efectivamente, los recursos destinados a estos programas vayan a cuentas de personas necesitadas.
Simplemente no hay manera de confrontar sus cifras contra lo que se gasta.
El presupuesto aprobado ayer, igualmente representa una reducción de los recursos participables para estados y municipios.
Esa ha sido la forma en la que el Gobierno federal tiene tomado de los pelos a alcaldes y gobernadores, que tienen que venir a Palacio Nacional casi a mendigar por recursos.
Con todo, ayer se había aprobado en lo general el presupuesto para 2024 sin que incluyeran recursos para un programa de reconstrucción de Acapulco.
Hay prioridades.
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El gobierno más humanista de la historia impidió, por horas, que la caravana de damnificados de Acapulco entrara a la Plaza de la Constitución.
Quién sabe si Martí Batres se quiso ganar el perdón presidencial o le dieron órdenes de que no se molestara al Presidente con reclamos “politiqueros’’, como los llamó el propio López Obrador, pero no fue sino hasta la tarde-noche que la caravana pudo ingresar al Zócalo capitalino.
Lo bueno es que aquí se respeta la libertad de manifestación.
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Parece que en la 4T no han entendido.
La línea aérea militar, Mexicana, comenzó a vender boletos sin tener aviones, tripulaciones ni la licencia para volar.
Tuvo que cancelar la venta de boletos y no se sabe cuándo podrá despegar.
Ayer el Presidente anunció que el primero de diciembre comenzará la venta de boletos del Tren Maya, el cual, reconoció, no estará terminado.
¿Y luego?
@adriantrejo
